La plaga y el temor a la muerte
Dentro de las profundidades más oscuras de la naturaleza humana hay temores que han calado muy hondo, temor a lo desconocido, temor a lo inseguro pero más allá de todo temor a desaparecer… temor a ser olvidados y caer en un profundo abismo de nada. La muerte personifica el olvido, es la desaparición en su plena esencia. Es así que en el medioevo se dio origen al concepto de la danza macabra.
Así como los niños de pequeños aprenden a cargar con sus temores jugando con estos para así tal vez llevarlos consigo más fácilmente, la cultura humana en su conjunto también lo hace de manera similar. Es mediante la expresión de estos temores globales que compartimos como especie, así como hoy en día vemos películas sobre guerras termonucleares -nuestro posible Armagedón- en los tiempos antiguos, cuando la peste hacía estragos por Europa el arte comenzó a jugar con la muerte.
La peor peste en la Historia: curiosamente la peor peste en la historia tuvo lugar en la modernidad, y fue la denominada como gripe española. No obstante, los servicios de salud y remoción y cremación de los cuerpos de principios del siglo XX hicieron que el impacto social y cultural no fuese tan grave.
La Danza macabra
La Danza macabra o Totentanz, es un tema alegórico en el arte, tanto en la música, como en la pintura o literatura que se caracteriza por la representación de esqueletos humanos -símbolo de la muerte- danzando, moviéndose o jugando como si se aferraran a su vida perdida. Tanto el rico como el mendigo, el Papa como el hereje son representados en estas imágenes, la muerte es inevitable y es igualadora, al final todos somos huesos marchando a la tumba.
En la danza macabra vemos esas diferencias terrenales se acaban en la muerte, y son los esqueletos bailando de manera tan eufórica los que nos comentan que no importa cuál haya sido el rol o posición de una persona durante su vida, al fin y al cabo eso desaparece.
La figura del esqueleto en los siglos XIV y XV representaba a la muerte literalmente, un mundo repleto de plagas oscuras y guerras interminables pintaba un paisaje sombrío en las bóvedas de los cementerios donde los esqueletos se apilaban día tras día, y los crematorios que trabajaban la 24 horas del día no hacían más que iluminar esta cruel realización. El mundo es efímero y lo efímero se acaba.
El arte: otras culturas, no obstante, incorporaron arte a la muerte, como es el caso de los venecianos, quienes construyeron el cementerio de San Michele en una isla. Uno de los cementerios más artísticos y bellos del mundo
Podemos ver representaciones de esta alegoría en los grabados del siglo XV de Huy Marchant, quien se podría decir es uno de los «padres» del género, Konrad Witz, Hans Holbein y en infinidad de frescos que pululan las capillas y cementerios más antiguos de Francia, Suiza y Alemania.
Siendo la más famosa la obra -tristemente destruida- que se encontraba en la Iglesia de los Santos Inocentes de París. En la poesía y literatura Goethe, Calderón de la Barca, Quevedo y muchos más de los más prominentes escritores que conocimos dejaron impresas sus impresiones sobre el tema.
Generalmente la Danza macabra suele confundirse con el Ars moriendi -las imágenes que muestran el arte de morir bien- pero no tienen mucho que ver unas con otras, ya que filosófica y estéticamente su sentido y significado son completamente distintos y podríamos decir que hasta cierto punto los mismos son opuestos.
Los médicos antiplaga
Cuando la peste comenzó a arrasar con casi toda Europa, los médicos que debían acercarse a los pacientes, sin entender verdaderamente qué ocurría, buscaron todo tipo de amuletos y protecciones contra la inclemente peste. Una de estas soluciones fue el utilizar un traje que cubriese todo su cuerpo, con una máscara a manera de pico y perfumes que ocultasen el olor de la muerte, ya que se creía en ese momento que la peste era transmitida por los olores. Esta última, claro, una de tantas teorías que intentaban explicarla. Hemos hablado sobre el tema en el siguiente artículo.
El osario de Sedlec
Podemos ver en varios osarios este tipo de mentalidad con respecto a la muerte y los huesos. Un ejemplo de esto es el increíble osario de Sedlec en la República Checa. Osario en el cual los huesos de los difuntos fueron convertidos en impresionantes obras artísticas. Puedes leer el artículo sobre el mismo siguiendo este enlace.
Más sobre el medioevo
― La batalla de Libušín en primera persona, lo más cercano en la modernidad a una batalla medieval
― Cucaña, la utopía medieval
― Las máscaras antiplaga de los médicos medievales
― Técnicas antirrobo medievales: las maldiciones en los manuscritos y códices