La locura
Uno de los combustibles para llegar rápidamente a la fama mundial es la locura, cómo por ejemplo el caso del sombrero loco que inspiró a uno de los personajes más famosos de la literatura fantástica. Quizá por el morbo de la sociedad o la necesidad de sentir que hay alguien que está peor que nosotros, cuando un «loco interesante» resalta sobre el resto la prensa, los medios y realmente el público lo piden a gritos. Hace unos años me interesé por la locura, no desde su perspectiva morbosa sino desde su lado humano, uno de los casos más interesantes que encontré fue el de la viuda Winchester.
La viuda Winchester
Esta mujer era Sarah L Winchester viuda de James Winchester, dueño de la fábrica que producía los tan nefastamente famosos rifles Winchester, los cuales se usaron desde en la conquista del oeste contra los nativos de América del norte hasta para cazar a los bisontes llevándolos casi a su extinción.
En 1884 Sarah se muda de Connecticut a San José y comienza la construcción de una peculiar mansión Victoriana, ayudada por su gran fortuna emplea de por vida a un ejército de carpinteros y albañiles que serían los artífices de sus extravagantes planos. Arquitecta de profesión, lo que le daba los conocimientos necesarios para plasmar en concreto las ideas que tenía sobre su casa, Sarah comenzó a construir una interminable obra nacida de una visión dionisiaca.
El caos que presenta esta casa es tal que nos topamos con puertas que no llevan a ningún lado o están situadas en el techo, escaleras que terminan en el techo o habitaciones donde el techo es tan bajo que hay que agacharse para poder estar en ellas. Más impresionante aún que estos detalles es la cantidad de habitaciones con las que nos encontramos.
La casa que originalmente tenía 8 cuartos luego de 38 años de construcción durante las 24 horas al día acabó teniendo las astronómicas cantidades de: 160 habitaciones, 10 mil ventanas, 2 mil puertas, 13 baños y un sin fin de pisos. Lo llamativo es que a pesar de la cantidad interminable de habitaciones y agregados todos y cada uno estaban hechos de manera tal que aún los detalles más mínimos habían sido considerados. Pauta que nos muestra que no eran simplemente divagues al azar de una mente desvariada, sino que muy posiblemente eran creencias o pensamientos propios con un sentido particular de Sarah la cual necesitaba expresarlo de esta manera.
Las mansiones del siglo XIX: los Estados Unidos se caracterizaron durante el siglo XIX por tener algunas de las mansiones más extrañas y llamativas del mundo. Desde la mansión de la vida Winchester aquí mencionada hasta la mansión del terror del asesino serial H.H. Holmes.
Las teorías del porqué construyó tan épica casa son variadas y cuantiosas, incluyen desde fantasmas que la acosaban hasta de un genio artístico desconocido. Quizá saber lo doloroso de su vida nos ayude a comprender tales actos. Poco después de la muerte de su esposo Sarah pierde a bebe y es ahí cuando se muda, muchos dicen que es la culpa la que la lleva a esta locura -tengamos en cuenta que su fortuna nacía de la empresa encargada de producir mortales rifles con los cuales se cometían miles de asesinatos-.
Pero, qué pudo haber llevado a esta mujer a construir semejante proyecto faraónico con tantas puertas y escaleras falsas. A continuación hablaremos sobre las teorías más aceptadas en la actualidad.
Las teorías sobre la Mansión Winchester
Si combinamos lo anteriormente dicho con la particularidad de que ella se empezó a interesar, al punto de lo obsesivo, con el espiritismo ya podemos comenzar a comprender que es lo que realmente la afectaba. Las personas que teorizan sobre el por qué de esta extraña obra -teoría en realidad porque Sarah vivía recluida en su casa y no tenía contacto social, ya que tampoco deseaba invitados, por lo que realmente se conoce muy poco sobre como era- piensan que las razones por las que construía tantas habitaciones era porque ella no querría que los espíritus la encuentren y por ende que se pierdan en la casa mientras la buscaban.
Otra, Quizá más morbosa, nos dice que la construcción de habitaciones tan extrañan poco o nada funcionales para una persona de carne y hueso en realidad están dirigidas a ser las moradas finales de los espíritus de personas muertas producto de las armas Winchester, de esta manera Sarah lograba limpiar su consciencia y su culpa.
El rascacielos de madera: otra mansión similar, es decir totalmente incomprensible, es el «rascacielos de madera» construido en Rusia.
La culpa es quizá uno de los sentimientos más poderosos del ser humano, y no me extrañaría que jugara un papel central en dichos actos. Pero personalmente no echaría toda la responsabilidad a la culpa, sabiendo lo dura que fue su vida, también agregaría la soledad y la necesidad en la ecuación.
Quizá Sarah no construyó la casa bajo la locura extrema, sino que lo hizo en parte para poder concentrarse en algo que la alejara de todos sus dolores y sufrimientos. Sea cual sea el motivo, el aislamiento de Sarah hizo que ella se llevara sus motivos consigo a la tumba.
Como no es de extrañarse la maquinaria comercial aprovechó la situación y ahora la casa es un suceso económico para sus dueños los cuales organizan tours. Interesantes por cierto, de noche e iluminados solo por linternas.