En el pasado hemos hablado de las supuestas recomendaciones de Leonardo da Vinci a la hora de comer en el Codex Romanoff. Dicho libro no es más que una humorada contemporánea escrita por un crítico de cocina utilizando imágenes de los códices de Leonardo y dándoles otros significados. No obstante, muchas de las recomendaciones que da a la hora de los modales en la mesa no son inventadas, sino que tienen su base en costumbres y tradiciones reales de la mesa medieval.
De todas maneras siguen estas preguntas que formulamos al principio: ¿era realmente así la mesa Medieval?, ¿tenían tan poco sentido de la estética y de la conducta estas mismas personas? La respuesta afortunadamente es un rotundo no, y, de hecho, era muy importante la buena conducta. Al menos en los banquetes de las clases altas.
Gracias a fuentes como el Menanger de París, publicada en el siglo XIV, obtenemos un listado con todo tipo de consejos útiles que un marido de la nobleza le recomienda a su flamante esposa plebeya para mantener el decoro en la mesa -entre estos consejos se encuentran los de: Mantener la boca cerrada mientras se mastica y no hablar con la boca llena; limpiarse la boca antes de beber de la copa; no agarrar la ración más grande de la fuente; usar prolijamente la servilleta; y así varias recomendaciones que incluso lograrían asustar a cualquier persona contemporánea por lo rigurosas y meticulosas que estas eran-.
Como es lógico sí es cierto asumir que las costumbres variaban considerablemente dependiendo de las diferentes cortes, así como también lo es el pensar que varios aspectos se mantenían invariables del lugar. Pero dividamos las aguas: Por un lado es verdad que se utilizaban las manos para comer. Lo que no es cierto es que esto se hiciera por brutalidad. El tenedor, a pesar de ser conocido desde el siglo XI, no ganaría popularidad hasta el siglo XVI o XVIII -dependiendo de nuestra interpretación-.
Si bien es llamativo y podría llevarnos a pensar cómo es que en un principio no se les ocurrió utilizarlo, la respuesta es muy simple. La utilización de algo nace con la necesidad de este algo, en la Edad media, la utilización de las manos era tan normal que simplemente no lo necesitaban.
La comida era cortada por sirvientes o nobles menores en caso de reyes y príncipes, de tal manera que las porciones eran ideales para ser agarradas con la mano sin problema alguno. Junto al plato se disponía de un tazón de agua donde los comensales podían lavar constantemente sus manos. En el caso de las clases más bajas el cuchillo era más que suficiente para cortar la comida, al ser que la carne generalmente se embutía para evitar su descomposición.
En el caso de las reuniones también se seguían varios códigos de comportamiento. Por ejemplo cuando se realizaba una cena con invitados el cuchillo que utilizaba cada uno siempre era la daga de la misma persona, nunca se prestaba una por parte del huésped, no por una cuestión de avaricia sino de costumbre.
La distribución de las copas también era diferente a la empleada en la actualidad, se estilaba, por lo general, a poner una copa cada dos invitados quienes la compartirían -de allí que fuese una regla de buena conducta limpiarse la boca antes de beber-. No obstante, la copa generalmente no se compartía con extraños, sino que se hacía entre esposos o familiares cercanos.
Por mucho tiempo generalmente en España y Portugal para los caldos y sopas se utilizó un pan llamado Mense, que oficiaba de plato para el caldo y luego de comida sólida una vez terminada la sopa. Justamente de este pan nace la palabra mesa. Los modales también dirigían los pasos a seguir en el momento de utilizar los condimentos. Para esto el comensal debía mantener su dedo meñique limpio y seco para así poder utilizarlo a modo de cucharilla y transferir condimentos a su plato sin dejar residuos de comida o líquido en el tarro.
Como podemos ver finalmente no era tan extremo el comportamiento en la mesa del Medioevo, diferente si, pero en lo más mínimo bizarro. Quizás si en algunas cortes los modales fueran menos elaborados que en otras, y sobre todo en tiempos caóticos de guerra o conflicto. Pero de eso ya no podemos culpar a la época.
Más sobre la comida en la antigüedad
― El primer libro de cocina de la historia, The forme of Cury
― Codex Romanoff II, los modales en la mesa renacentista
― La historia del tenedor y su origen
― La historia del cuchillo en la mesa