El maestro de las mil artes
En la historia de la humanidad existieron varios inventores que inventaron una gran cantidad de inventos, muchos de estos extremadamente excéntricos y de poco uso, como es el caso de Arthur Paul Pedrick, el «gran inventor» que nunca inventó nada útil. No obstante, un caso muy particular fue el de Athanasius Kircher, un monje jesuita que si bien inventó gran cantidad de inventos excéntricos o de poco uso, también fue un genio absoluto que realizó inventos de valor incalculable.
Kircher, apodado por muchos como «el último renacentista» y por muchos otros como «el maestro de las mil artes», debido a su gran cantidad de intereses y conocimientos, fue la primera persona en utilizar un microscopio y describir la existencia de los microorganismos. Entre sus otros logros se encuentra también el de haber construido la primera cámara fotográfica y tomado la primera fotografía en la Historia (mediante la utilización de una cámara oscura), así como muchos otros inventos, descubrimientos y hazañas fascinantes.
Entre sus otras obras de importancia se encuentran uno de los primeros mapas de la Luna y en su obra sobre el estudio de la música y el sonido descubrió uno de los primeros sistemas de espionaje. También encontramos un prototipo de ordenador analógico basándose en el sonido, infinidad de prototipos para instrumentos musicales.
Entre sus logros más admirables, se encuentra el de haber aceptado que las aseveraciones de la Biblia en su descripción de la Torre de Babel eran simplemente imposibles e incorrectas, ya que bajo ninguna ley natural una torre de semejantes dimensiones podía ser construida sin que esta colapse bajo su propio peso. Algo ciertamente muy arriesgado para la época.
Un piano de gatos para alegrar a un príncipe deprimido
En 1650 una publicación denominada como Musurgia Universalis, trajo a la luz el invento de un jesuita alemán, de nombre Athanasius Kircher, quien se dedicó a seleccionar gatos cuyos maullidos y aullidos poseyeran diferentes tonos y grados de agudeza.
Ordenando a estos según esta característica los dispuso en una estructura con forma de piano. El singular sistema entonces entraba en su macabro funcionamiento dotado de una afilada aguja que pinchaba la cola del gato al presionar una tecla.
A medida que avanzaba la melodía la desesperación de los gatos aumentaba incrementando así el nivel de maullido de estos. Las obras eran confeccionadas con base en esta característica, y su propósito era sacar de la depresión a un príncipe.
Si bien el piano hecho a partir de gatos fue lo que capturó la atención de muchos, Musurgia Universalis fue en realidad una obra pionera y revolucionaria sobre el estudio del sonido en la cual además de estudiar las propiedades del sonido, su dispersión y naturaleza Kircher describió dispositivos de escucha remota, e incluso un ordenador analógico basado a partir del sonido.
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