Explosiones en la guerra fría
La explosión no nuclear más grande de la historia tuvo lugar en plena Guerra Fría, cuando tras unos serios robos de tecnología por parte de la Unión Soviética, la CIA decide tomar venganza en una operación de contra-espionaje. La misma se cree fue incluso más grande que la explosión de 500 toneladas cortas de explosivos detonada durante la simulación de una bomba nuclear creada durante la Operación Sailor Hat.
La explosión más grande
Utilizando la misma tecnología robada como un arma para sabotear un conjunto masivo de gasoductos de la URSS. El suceso se dio a conocer décadas después de haber ocurrido en el libro publicado T.C. Reed «At the Abyss: An Insider’s History of the Cold War», quien fuera un alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional durante la era del presidente Ronald Reagan. Por supuesto que nada se compara con la bomba Tsar, que era una bomba atómica de 100 megatones, no obstante, el hecho de que una explosión no nuclear generara un cráter de cientos de metros es descabellado.
Dentro de la guerra fría, la guerra económica estaba a la orden del día. Europa no era más que un satélite dividido en territorios por los que pasaba la gran puja de poder entre los Soviéticos y los Estadounidenses. Como no es de extrañarse, uno de los factores de principal importancia durante este período era asegurarse el mercado Europeo, y no siempre se hizo de manera limpia.
Los eventos que iniciaron el sabotaje comienzan cuando la Unión Soviética recurre a una fuerte red de espías para mejorar sus gasoductos intercontinentales, e incluso, a sobornos y partidismo en Europa Occidental para asegurarse así una fuerte cantidad de ingresos mediante la exportación de millones de toneladas de gas natural. Sin embargo sus anhelos económicos se vieron limitados por su ceguera intelectual, ya que el comunismo consideraba la cibernética, genética y en gran parte el diseño de «inteligencias artificiales» como «pseudociencias burguesas».
Tarde se dieron cuenta de que estas áreas eran fundamentales para la dominación tecnológica, por lo que Estados Unidos les sacó una ventaja más que considerable en todos estos campos. Este retraso en sus modelos de software les obligó a tener que conseguirlo por medio de espías. Pero la CIA estaría preparada y arbitrariamente dejaría pasar un software muy particular. Particular porque muy profundo en su código contendría un mecanismo durmiente que haría un desastre absoluto en el sistema de control de los gasoductos. Reed cuenta:
«En orden de descomponer el suministro de gas Soviético, es decir sus ganancias monetarias de Occidente, y la economía interior Rusa, el software del gasoducto que debería correr las bombas, turbinas y válvulas estaba programado para enloquecerse y, después de un intervalo de tiempo decente, resetearía la velocidad de las bombas y la configuración de las válvulas produciendo una presión muy por arriba de la que las juntas de la tubería podrían soportar […]».
Explosiones accidentales: si bien esta explosión fue intencional, por parte de Occidente, a lo largo de la historia han existido explosiones accidentales que rivalizan a la aquí vista. Puedes leer más al respecto en el siguiente artículo: Las explosiones accidentales más grandes la historia.
La magnitud de la explosión fue tan monumental que el fuego pudo verse desde el espacio, incluso partes de las gruesas paredes del gasoducto pudieron encontrarse a más de 80 kilómetros del lugar. La onda de choque fue tal A pesar de que no se registró ninguna víctima humana el daño económico fue terrible, incluso ahora se considera una de las causas de peso que llevaron a la crisis económica Soviética.
Es imposible saber o entender el tamaño de la explosión y onda expansiva debido al secreto detrás de la misma.
Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que la explosión no fue lo único que causo el daño. Si no que para cuando se dieron cuenta del software contaminado, les llegó la tétrica realización de que a ese punto les sería imposible saber que equipo, de la gran cantidad de equipos substraídos mediante espionaje, estaría contaminado y cuál estaría limpio. En sí toda Rusia se convirtió en una bomba de tiempo y la incertidumbre de saber que en cualquier momento una explosión similar podía volver a ocurrir.
Más sobre explosiones
Otra de las explosiones gigantescas utilizando explosivos convencionales, es decir no nucleares, tuvo lugar inmediatamente después de terminada la Segunda Guerra Mundial en una operación de la RAF, fuerza aérea británica, denominada British Bang. Un intento por, literalmente, destruir y hundir una isla. No obstante, la naturaleza resultó ser más fuerte y la isla resistió a las toneladas de munición y bombas de rezago que fueron detonadas en simultáneo.