Los antecesores de la Internet
Internet cuenta con un largo y distinguido linaje de antepasados que se remonta incluso hacia mediados del siglo XIX. Su madre, Arpanet, fue solo un eslabón más de tantos enlaces y sistemas de comunicación global que el mundo ha visto. Hoy hablaremos del primer vínculo de conexión intercontinental de la historia: el primer cable transoceánico de telégrafo en la Historia.
En 1842 Samuel Morse demostraba de forma exitosa como se podían transmitir telegramas vía cables sumergidos en el Puerto de New York. Las personas visionarias inmediatamente imaginaron un sistema submarino que permitiese transmitir datos al instante, dejando de lado las tediosas esperas de días y hasta semanas para obtener noticias de un país a otro, incluso, entre el Nuevo y el Viejo Mundo.
Las primeras conexiones sumergidas tuvieron lugar entre Francia e Inglaterra, luego Inglaterra e Irlanda y así se fueron conectando unos con otros territorios separados por ríos y lagos en todo el mundo. Solo quedaba un gran reto: unir dos continentes separados por un océano, algo que convertía a los canales y lagos de los intentos anteriores en simples gotas de lluvia. La tarea requeriría el empleo de varios barcos con sistemas de despliegue de cables especiales y un complejo sistema de postas.
Curiosamente si de Internet propiamente dicha hablamos, a principios del siglo XIX se intentó realizar algo muy similar a una red de telecomunicaciones con varios nodos.
Primer Cable Transatlántico
Fue gracias a la voluntad y esmero del financiero estadounidense Cyrus W. Field, quien manejara la emblemática Atlantic Telegraph Company, que en el año 1866 se lograría esta hazaña de la ingeniería. Construido de cables de acero enlazado los cuales eran encapsulados en una gruesa capa de goma india, el Primer Cable Transatlántico se vería desplegado de costa a costa partiendo desde Gran Bretaña para llegar a Terranova (Newfoundland), antigua América Británica -actual Canadá-, y ramificarse por distintas subestaciones hasta llegar a la Costa Este de los Estados Unidos.
Si bien hoy en día estamos acostumbrados a conexiones intercontinentales de varios gigabytes simultáneos, en ese entonces la tecnología era muy poco permisiva. La increíble longitud del cable hacía que la resistencia eléctrica debiera ser superada utilizando un voltaje muy elevado -en esa época no tenían amplificadores, repetidores ni superconductores para empezar-.
Como si esta limitación ya fuera poco, otro problema era el sistema utilizado para retardar la dispersión de los pulsos del telegrama, el cual era tan agresivo que el ancho de banda -o cantidad de información que pasaba por el cable- se veía extremadamente limitado a 1 palabra cada 20 minutos en promedio.
Plagado de problemas y limitaciones tecnológicas el proyecto solo operaría durante un mes. No obstante, el cable probaría que conectar dos continentes era posible e iniciaría una carrera tecnológica para mejorar la tecnología de conexión y hacer posible un sistema viable.
No obstante, y a pesar de todas las limitaciones, esta singular y colosal empresa logró cambiar y acercar al mundo de forma única.
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