Hyracotherium, el caballo prehistórico
Cuando vemos las películas de la era dorada de Hollywood que tratan sobre viajes al pasado, o incluso las que se desarrollan en un lugar apartado y primitivo, como por ejemplo King Kong, inmediatamente notamos algo: todos los animales se asemejan a criaturas actuales, solamente con proporciones monumentales.
Sin embargo, era el imaginario popular de la época el que impulsaba esta creencia que dictaba que en el pasado todo venía en tamaño extra grande. No es de extrañar incluso hoy en día mucha gente así lo siga creyendo. No obstante, la prehistoria de la realidad era muy diferente, y si bien si existían animales enormes otros no lo eran tanto.
Uno de estos fue el Hyracotherium, mamífero del que descienden todos los equinos que hoy en día rondan briosamente por la tierra y el cual no era mucho más grande que un actual gato doméstico.
Si tuviéramos la suerte y osadía de poder viajar unos 60 millones de años en el pasado inmediatamente nos toparíamos con una vegetación inmensa que al instante nos informaría que nos encontramos en un lugar ajeno a nuestro mundo habitual.
Si por alguna de esas casualidades nos cruzáramos con un Hyracotherium podríamos pensar que es el antepasado de algún que otro roedor, tal vez de un conejo. Sería muy difícil que nos imaginásemos que ese diminuto animal, de patas esqueléticas y del tamaño de un gato, es en realidad el antepasado directo de los caballos.
Esto no debería avergonzarnos, ya que la diferencia es tan notable que incluso, en 1841, cuando el paleontólogo inglés Richard Owen descubrió el primer fósil pensó que había encontrado un pequeño primate.
Llevó unos 35 años, hasta que Othniel C. Marsh descubriera otro fósil en mejor estado, que se establecería de una vez por todas que el Hyracotherium era en realidad un caballo primitivo.
Las sorpresas no terminan aquí, ya que hoy en día hay un gran debate sobre si el Hyracotherium además de ser un antepasado directo del caballo fue en realidad antepasado del rinoceronte. Algo que sin duda alguna resulta todavía más asombroso.
Vemos entonces como la evolución llevó a estos seres en la dirección opuesta de lo que se cree en la cultura popular. Seres que durante la prehistoria tenían el tamaño de un gato terminaron evolucionando en seres imponentes que pueden pesar entre 350 y 1000 kilogramos. En efecto, razas de caballos como los percherones, imponentes caballos de tiro, llegan a pesar una tonelada.
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