La importancia de Isaac newton
En su maravillosa columna científica otro Isaac, el mundialmente reconocido escritor de ciencia ficción y profesor universitario de bioquímica, Isaac Asimov, recibió la pregunta de un lector en la cual le hacían la pegunta si era difícil decir quién fue el científico más importante de la historia.
En su magnífica respuesta Asimov respondió que no. Que lo difícil sería decir quién fue el segundo científico más importante de la historia, ya que para esta posición había muchos candidatos: Albert Einstein, Arquímedes, Niels Bohr, etc. No obstante, si del científico más importante hablamos, la respuesta era clara: Isaac Newton.
Asimov fundó no uno sino tres distintos nuevos campos de la ciencia. Con su libro Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica, considerado como uno de los 100 libros más influyentes en la historia de la humanidad, no solo definió el cálculo matemático, uno de los campos más importantes de la matemática, sino que además escribió el primer libro de ciencia moderna, completamente basado en el método científico y la utilización de pruebas.
Newton refundo además la física, creando desde cero el campo de la mecánica y el estudio del movimiento. Sus estudios en la refracción de la luz sentaron las bases para el estudio científico de la óptica, y su de las leyes naturales lo llevó a explicar el concepto de gravedad y definir las tres leyes de movimiento.
Los logros científicos de Isaac Newton
- La formulación de la noción de la gravedad como una fuerza de carácter universal
- Las tres leyes del movimiento
- Las bases de la mecánica clásica
- El teorema del binomio
- El primer telescopio reflector
- Definir la tierra no como una esfera perfecta sino como un esferoide oblato (achatada en sus polos)
- El desarrollo del cálculo matemático y el concepto de límite matemático
- El Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica
- Sus experimentos ópticos con prismas, los cuales le permitieron determina la naturaleza del color
El epitafio de Newton y la humildad de un grande
En la abadía de Westminster descansa un hombre que es considerado unánimemente como el científico más grande de todos los tiempos y junto a Da Vinci la mayor mente de la humanidad: Sir Isaac Newton. El epitafio de su tumba, que se presenta originalmente en Latín, es tan interesante como su vida, ya que durante dos siglos mantuvo el récord de ser el epitafio más largo de todos:
Aquí descansa
Sir ISAAC NEWTON, Caballero
que con fuerza mental casi divina
demostró el primero,
con su resplandeciente matemática,
los movimientos y figuras de los planetas,
los senderos de los cometas y el flujo y reflujo del Océano.
Investigó cuidadosamente
las diferentes refrangibilidades de los rayos de luz
y las propiedades de los colores originados por aquellos.
Intérprete, laborioso, sagaz y fiel
de la Naturaleza, Antigüedad, y de la Santa Escritura
defendió en su Filosofía la Majestad del Todopoderoso
y manifestó en su conducta la sencillez del Evangelio.
Dad las gracias, mortales,
al que ha existido así, y tan grandemente como adorno de la raza humana.
Nació el 25 de diciembre de 1642; falleció el 20 de marzo de 1727.
Qué es lo curioso, te preguntarás: bueno, su epitafio, las palabras que lo acompañaran por la eternidad, en realidad no reflejen en lo más mínimo lo que Newton pensaba de si mismo:
«No sé lo que el mundo pensará de mí, pero a mí me parece que tan solo soy un chico que juega en la playa y que se divierte al encontrar un canto rodado o una concha más hermosa que de ordinario, mientras el gran océano de la verdad yace ante mis ojos sin descubrir».
Vemos que el científico más grande de la historia fue además un hombre humilde.
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