Considerado por sus colegas como el astrónomo con la vista más aguda en la Historia, Edward Emerson Barnard utilizó su don natural para revolucionar la astronomía de su era. Si bien en los tiempos de Barnard la tecnología había avanzado mucho desde los tiempos antiguos, en los que se estudiaban los cielos de manera rudimentaria, y se contaba con telescopios de varios metros y places fotográficas, las cuales eran enviadas a Barnard desde varios laboratorios para que este las analice, la astronomía de su era no contaba así con los ordenadores ni los algoritmos de análisis que hoy en día han facilitado la tarea de los astrónomos en gran medida. Razón por la cual su agudeza visual logró convertirlo en una eminencia en su campo.
Nacido en 1857 su padre había fallecido unos meses antes de su nacimiento, por lo que su madre quedó sola y desde muy joven debió buscar todo tipo de empleos para ayudarla económicamente. Interesado en la tecnología y la ciencia en general quedó fascinado con la fotografía por lo que prontamente buscó trabajo como aprendiz de fotógrafo. Si bien su vida comenzó con muchos percances, y a diferencia de otros astrónomos desafortunados, Barnard prontamente logró cambiar el rumbo de su vida y volverse en toda una estrella en su campo.
Enterado de la organización fundada por el filántropo H. Warner, el cual donaba 200 dólares a cada cometa estadounidense que fuese descubierto -tengamos en cuenta que 200 dólares en esta época era mucho dinero-, logró tras varios intentos conseguir un telescopio de 120 mm de abertura y comenzar su cacería de cometas en 1881 poco antes de cumplir los 20 años.
Su búsqueda comenzó a dar frutos y el talentoso astrónomo se convirtió en el descubridor de un total de 16 cometas, que además de aliviarles la vida económicamente a él y a su madre le granjearon gran reputación en la comunidad astronómica por lo que fue becado para asistir a la universidad y en 1887 trabajar en el observatorio Lick de California.
Barnard comenzó a combinar sus conocimientos en fotografía y astronomía y se convirtió en la primera persona en descubrir un cometa en una placa fotográfica, y en 1892, ya trabajando para el observatorio de Yerkes, tras dirigir el telescopio hacia Júpiter, descubrió a Amaltea, el último satélite natural hallado a simple vista y sin la ayuda de fotografías.
Las ilustraciones de Barnard eran extremadamente fieles, algo que se comprobaría décadas más tarde con la llegada de fotografías de alta resolución de los planetas del sistema solar:
Tras esto continuó su trabajo publicando algunos de los más precisos catálogos de nebulosas y comprobó definitivamente que sí existía gas y polvo entre las estrellas. Sin embargo, su mayor descubrimiento llegó en 1916 cuando tras comparar fotografías de la constelación de Ofiuco descubrió una estrella fuera de su lugar, hoy llamada Estrella de Barnard, la cual es la estrella con el movimiento propio más elevado de todas las que se conocen.
Vemos el telescopio desde el cual Barnard hizo la gran mayoría de sus descubrimientos.
Hoy podemos contar con imágenes de alta resolución de las relativamente pequeñas lunas de Júpiter, como por ejemplo la que vemos a continuación. No obstante, Barnard solo se valía de imágenes difusas producidas por su telescopio primitivo, y, a base de cientos de observaciones, iba realizando sus ilustraciones y esquemas cada vez que lograba ver un detalle nuevo en el objeto que se encontraba estudiando.
Desde los tiempos de Barnard hasta nuestros días ciertamente se han descubierto muchas nuevas características del planeta Júpiter, como por ejemplo sus maravillosas auroras, Ciertamente nuestro sistema solar es sorprendente, pero no hace falta ir a otros planetas para hallar hechos asombrosos, el mismo planeta tierra posee un sin fin de asombros.
― Listado de los descubrimientos de Barnard. También contiene fotografías de los observatorios en los que Barnard trabajó.