Los monjes cerveceros
Existe un remoto antiguo poblado de Bélgica en el que en sus afueras nos encontramos con una diminuta y antigua abadía llamada San Sexto de Westvleteren. La diferencia de este monasterio con los demás es que sus monjes realizaron un pacto de silencio y un juramento de nunca divulgar la receta ni la manera exacta en la que destilan su cerveza.
Si bien generalmente estas recetas guardadas con el más absoluto de los recelos corren el riesgo de desaparecer fácilmente, como por ejemplo le ocurrió a las técnicas del trabajo con cristales de la familia Blaschka ó como también ocurrió siglos atrás con la que fue una de las aleaciones más buscadas y codiciadas en toda Europa y Medio Oriente de acero para la forja de espadas en la Historia, el acero de Damasco, cuya receta original se perdió en las arenas de la Historia.
Dicho lo anterior, la receta de la Cerveza Westvleteren parece estar asegurada al menor por las siguientes décadas, ya que varios monjes la conocen y, según se cree, está escrita en uno de los libros mejor guardados de la abadía de San Sexto de Westvleteren.
A continuación hablaremos sobre la particular historia de esta cerveza y cómo los monjes han cuidado y mantenido el secreto de su creación durante varios siglos.
Cerveza Westvleteren la mejor cerveza del mundo
Debido a la tradición cervecera de la abadía no solo producen la mejor cerveza del mundo sino que además una de las más escasas y curiosamente una de las más baratas, esto último debido a que su destilación es completamente artesanal y tradicionalmente solo solían trabajar unos 10 monjes en la destilería a la vez con un nivel de producción anual que rondaba un puñado de miles de botellas, suficientes para cubrir todos los gastos de la abadía y donarle algo de dinero al pueblo. No obstante, en los últimos años han incrementado su producción, agregando algunos monjes más al proceso y aumentando su volumen de producción a más de 475 kilolitros al año.
Sin embargo, su fama es tan notoria que miles y miles de personas viajan a la zona con el fin exclusivo de probar la cerveza, con la mala fortuna de que solo unos pocos afortunados en el momento y lugar correcto logran hacerlo. En total existen catorce abadías y monasterios que producen cerveza trapense, y a pesar de que todos tienen fama de crear una de las mejores cervezas del mundo, es precisamente la de la abadía San Sexto de Westvleteren la mejor de todas, incluso cuando se la compara con las destiladas por los otros monasterios trapenses.
Si bien cada botella es vendida a unos escasos dólares, son muy pocos los compradores que la toman, ya que la gran mayoría, a pesar del cartel de «no revender» en su etiqueta, terminan vendiendo cada botella a varios cientos de dólares en el mercado negro; además de este mercado negro también existe una extensa cantidad de falsificaciones, sobre todo en sitios de subastas por Internet, donde aseguran vender botellas de Westvleteren cuando en realidad solo venden copias falsificadas.
Las comidas más costosas del mundo: a pesar del pedido de los monjes de «no revender» muchas personas buscan la codiciada Cerveza Westvleteren con fines comerciales. Si bien los monjes producen una cantidad suficiente como para que su precio, incluso en la reventa, no sea exagerado la misma igualmente se vende por precios muy elevados en el mercado de reventa (por lo general más de 10 veces su valor original). Esto nos lleva a las comidas más costosas del mundo, comidas que son tan raras y extrañas, pero a la vez tan buscadas que las mismas se venden por precios exorbitantes.
Durante la Segunda Guerra Mundial la destilería de Westvleteren fue la única que pudo conservar los toneles de cobre, incautados a las demás por el gobierno, ya que estos se fundían para fabricar municiones. Esta «vista gorda» se concedió especialmente debido a las autoridades temieron sacarle los toneles y que como resultado nunca más los monjes volviesen a producir una cerveza con el mismo sabor.
El intento de los monjes por evitar la reventa
Debido a la popularidad en Internet de la cerveza Westvleteren, la cual ha llevado a que se cree un mercado de reventa muy grande, desde el año 2019 los monjes dejaron de lado el antiguo sistema de venta a través de reservas telefónicas, mediante el cual solo se permitía adquirir dos cajas por persona, y abrieron un sitio en Internet donde venden su cerveza directamente a todo el mundo a €45 el cajón de 24 cervezas, como asegura monje trapense Manu Van Hecke quien está a cargo de la producción de la cerveza.
Los tipos de cerveza Westvleteren
Los monjes trapenses producen tres tipos de cerveza, una de variedad rubia, más reciente, y otras dos de variedad tostada y oscura, siendo esta última la más popular a nivel histórico.
La gran inundación de cerveza: si bien el volumen de producción de cerveza de los monjes es relativamente pequeño, otras destilerías de cerveza más industriales producen varios miles litros de cerveza por día. Una de estas destilerías era la Meux and Company Brewing Co., compañía que en el año 1814, tras un error industrial, terminó inundando a la ciudad de Boston con decenas de miles de litros de cerveza: La gran inundación de cerveza de 1814.
La variedad Westvleteren rubia fue introducida al mercado el 10 de junio de 1999, es decir, muy recientemente en la historia del monasterio. Esta posee una graduación alcohólica del 5,8% y se identifica por tener una chapa verde (las botellas de cerveza Westvleteren no están etiquetadas)
La variedad Westvleteren 8 (antiguamente llamada Extra) es su variedad más antigua, al punto que no se recuerda el año en la cual comenzó a destilarse. Esta posee una graduación alcohólica del 8% y se identifica por su chapa azul.
La variedad Westvleteren 12 (antiguamente llamada Abt) fue introducida al mercado en el año 1940 y tiene una graduación alcohólica del 10,2% y se identifica por su chapa amarilla (muchos dicen que esta se comenzó a producir con una mayor graduación alcohólica justamente debido a la Segunda Guerra Mundial).
Además de las tres variedades comerciales anteriores, los monjes también producen una variedad mucho más suave de solo 4 grados para que los monjes tomen durante la cena.