Los tardígrados u osos de agua
Imagina a un animal que posee patas y camina con un patrón de movimiento similar al de un gato, y que incluso a primera vista su fisonomía es semejante a la de un animal terrestre; sin embargo este ser es un invertebrado y se necesita de un microscopio para observarlo e incluso, es prácticamente indestructible. Inmediatamente pensaríamos que se trata de un relato de ciencia ficción, pero no es así, ya que los tardígrados u «osos de agua» y son muy reales.
Nota: no debemos pensar que todos los invertebrados son microscópicos o pequeños. Por ejemplo en Vietnam existe un ciempiés gigante de 1 metro de largo que aterrorizó a los soldados estadounidenses.
Un ser casi indestructible
Los tardígrados generalmente habitan zonas húmedas y su tamaño varía de 0,1 a 1,3 mm repartiéndose en más de 750 especies diferentes con una alimentación variada de fotosintatos hallados en distintos tipos de vegetales. Todas estas especies son extremadamente resistentes a las más rigurosas condiciones ambientales, al punto de ser capaces de vivir y reproducirse en lugares imposibles para la gran mayoría de los otros tipos de vida, como es el caso del desierto de Danakil.
Aunque algunas especies de tardígrados son predadoras y de hecho cazan a otros seres microscópicos. Una de sus características más sorprendentes es que pueden voluntariamente entrar en un estado de animación suspendida cuando el ambiente no es favorable a sus necesidades, pudiendo permanecer durante cientos de años hibernando.
De movimiento lento, y hasta cauteloso como su nombre refleja, en un principio sorprendieron a la comunidad científica, ya que consideraba imposible que un animal microscópico presentara garras. Así mismo, los tardígrados son prácticamente transparentes, como nos permite ver el vídeo a continuación. En efecto, junto con las impresionantes Macropinna microstoma, los tardígrados son uno de los pocos seres transparentes del planeta tierra.
Estos son capaces de sobrevivir en el frío vacío del espacio, e incluso en agua caliente. Se los ha visto en los lagos de sulfuro, en las profundidades de las cavidades mineras y en otros lugares donde cualquier otro ser perecería debido a las condiciones extremas del ambiente.
La estructura cilíndrica del tardígrado no es casualidad. La misma le permite a su cuerpo soportar las enormes presiones del fondo del mar así como el vacío del espacio. Lugar en el que los científicos han probado pueden sobrevivir. En efecto, durante la misión Biopan-6 de la ESA se llevaron tardígrados al espacio y se los expuso durante 10 días seguidos a las condiciones extremas del vacío espacial.
Los tardígrados demostraron poder sobrevivir al vacío espacial. Luego se los expuso tanto al vacío espacial como a niveles extremos de radiación ultravioleta. En esta última prueba, en la cual los científicos creyeron ningún tardígrado lograría sobrevivir, no obstante, se dieron con la sorpresa de que algunos de los tardígrados sobrevivieron.
En la siguiente imagen vemos una representación precisa de un tardígrado realizada por ordenador:
El Mola mola
El Mola mola o pez solar, como se los conoce durante su estado larval, oceánico es considerado como el pez vertebrado de mayor tamaño en el planeta, llegando a superar 3 metros de altura y 2 toneladas de peso. Presentando un cuerpo plano y ovalado con una singular «cola» o clavus redondeado su mayor curiosidad es que es más alto que largo. La alimentación de este singular pez es variada y se basa en distintos tipos de medusas, calamares e incluso plancton. Su apetito es voraz y prácticamente viven para rastrear y devorar su comida. En efecto, su mayor actividad es el buscar a sus presas.
No obstante, el Mola mola es a su vez un manjar para delfines, orcas y lobos marinos aunque a edad adulta solo son cazados por las orcas y los seres humanos, quienes tristemente cazan a todos los animales del planeta. De todas manera, no dejes que lo anterior te entristezca, ya que, a pesar de ser considerados un manjar, los mola mola por fortuna se reproducen en grandes números y actualmente no están considerados bajo peligro por los biólogos marinos encargados de estudiar, controlar y seguir sus poblaciones por todo el océano pacífico.
Si bien su carne llega a ser comestible en algunas culturas esta debe ser preparada por alguien que conozca al pez en detalle, ya que varias partes de su cuerpo contienen neurotoxinas mortales. No obstante, a pesar de su peligro en varias culturas de Asia son considerados como un manjar, por lo que se los pesca y prepara. En países de Asia desarrollados como Japón y Corea del sur hay estrictas regulaciones sobre su pesca y serios controles sobre su preparación.
Si bien sus neurotoxinas son, en efecto, consideradas como un peligro, existe una tradición y una atracción cultural hacia los mismos. Por lo que verlos en los menús de restaurantes, especialmente en restaurantes de clase alta, no es una rareza.
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