La CIA descubre algo aterrador
Cuando el Servicio de Inteligencia de los Estados Unidos registró por vez primera un Ekranoplan planeado sobre el Mar Caspio inmediatamente quedaron mudos. No sabían si era un barco o un avión e incluso desconocían si se trataba de un transporte o de un arma, por lo que inmediatamente lo apodaron como «El monstruo del Mar Caspio».
Si consideramos el contexto histórico de este incidente, es decir en plena la Guerra Fría cuando las potencias mundiales construían enormes búnkeres a la espera de un ataque nuclear y los espías de ambos bandos boicoteaban constantemente a sus países enemigos, llegando a causar gigantescas explosiones con el fin de enviar un mensaje, entonces comenzamos a tener una noción de la crisis que generó en la comunidad de inteligencia militar estadounidense descubrir que los soviéticos contaban con esta tecnología tan elusiva y avanzada.
El monstruo del Mar Caspio
La idea de un «barco» de carga «volador» que utilice el efecto tierra para viajar a grandes velocidades planeando a escasos metros del agua y sin ser detectado por los radares fue concebida primeramente por ingenieros alemanes durante la Segunda Guerra, quienes, a pesar de haber solucionado todos los problemas técnicos de diseño, no pudieron construirlo a tiempo a causa de los daños sufridos en la infraestructura industrial alemana.
Nota: ver artículo sobre las sorprendentes armas secretas de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Varias décadas después la idea sería retomada y concretada por el legendario ingeniero ruso Rostislav Alexeev. El proyecto utilizaba el efecto tierra como base de funcionamiento, es decir, emplear poderosas turbinas para mover un gran vehículo de ancha superficie y hacer que se forme un «colchón de aire» bajo la nave el cual le permita planear grandes velocidades a escasos metros del agua.
Como es lógico asumir con todos los proyectos militares de la Guerra Fría el secreto estaba a la orden del día. Y ciertamente este coloso construido en los astilleros Volga con sus 100 metros de largo y capaz de transportar 1.000 toneladas a una velocidad de 400 Kilómetros por hora planeando a escasos metros del agua sin ser detectado por los radares, fue guardado con el mayor de los celos.
Si bien los primeros prototipos eran poco confiables y los viajes terminaban en tragedia, para 1987 entró en servicio el Ekranoplan clase Lun, el cual solucionaba todos los problemas de sus predecesores y el cual fue integrado efectivamente en la Flota del Mar Negro.
Maravillas tecnológicas soviéticas
El ekranoplan fue uno de los varios conceptos revolucionarios desarrollados por la Unión Soviética durante la Guerra Fría, como por ejemplo el asombroso vehículo todo terreno basado a partir del tornillo de Arquímedes, capaz de transitar a través de ríos, pantanos, lodazales y los caminos más dificultosos sin problema alguno.