Nagazaki antes y después
Las siguientes imágenes son un collage de Nagasaki centrado en el punto exacto donde cayó «Fat Man» -el nombre clave de la bomba-. Es realmente impresionante ver el antes y el después, prácticamente podemos observar que no quedó edificio en pie.
En las imágenes podemos observar la brutalidad de este crimen contra la humanidad por parte de los Estados Unidos. Realmente una atrocidad sin nombre. Nagazaki era una ciudad sin mucha importancia estratégica, repleta de civiles que escapaban de Tokyo, ciudad bombardeada con armamento incendiaron constantemente.
Por otra parte, según sabemos por parte de los biógrafos de los generales y almirantes estadounidenses, ninguno de estos consideró la utilización de la bomba como algo necesario, ya que el Consejo Supremo, el grupo de seis generales y almirantes que efectivamente controlaba a Japón durante la segunda guerra mundial, ya había dado sus intenciones de rendirse. Algo que había intentado comunicarle al Reino Unido en repetidas ocasiones durante los últimos días de la guerra.
No obstante, los Estados Unidos necesitaban no solo probar la bomba en una ciudad, además debían enviarle un mensaje a la Unión Soviética, más precisamente a Stalin, de que no solo tenían la bomba, sino que además estaban dispuestos a utilizarla sin rendimiento alguno.
El verdadero mal
Cuando las bombas cayeron sobre Hiroshima y Nagazaki, el verdadero mal no fueron las explosiones en sí, sino la contaminación radiactiva dejada por las mismas y la cantidad de heridos de gravedad, sobre todo personas que sufrieron quemaduras en gran parte de sus cuerpos, que colapsaron los hospitales y escuadrones de médicos militares que intentaron ir en ayuda de los civiles heridos.
Según todos los recuentos de la época era un verdadero paisaje dantesco, con hombres, mujeres y niños quemados de gravedad por prácticamente toda la ciudad. A su vez, la mayoría de los edificios fueron derrumbados, por lo que no tenían donde guarecerse, y los sistemas sanitarios y de suministro de agua estaban completamente destruidos.
Por otra parte, tras la rendición de Japón, los médicos de los batallones estadounidenses que comenzaban a tomar las ciudades, no estaban dispuestos a ayudar a los sobrevivientes, sino que simplemente agrupaban a los sobrevivientes de las bombas nucleares para estudiar los efectos de la radiación sobre sus cuerpos.
Sobre todo les interesaba estudiar los síntomas del envenenamiento por radiactividad entre los sobrevivientes. Algo que notaron, y que no sabían que iban a pasar, es que muchos pacientes que parecían estar mejorando comenzaron a morir en masa. Esto comenzó a ocurrir a las cuatro semanas de las explosiones, y fue la primera experiencia que se tuvo con los efectos del envenenamiento por radiación en una población.
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