Mapas piratas
Algo que debemos entender cuando hablamos sobre «mapas del tesoro» es que los mismos eran extremadamente raros ya que los capitanes rara vez enterraban sus botines, y así mismo estos mapas no eran generalmente mapas per se, sino que se trataban de una lista de instrucciones. Es decir: ir a tal isla, ubicarse en tal característica geográfica y objeto notable y caminar cierta cantidad de pasos en cierta dirección.
No obstante, y a pesar de su falta de corrección cartográfica, los mapas piratas son algo realmente fascinante debido a la gran cantidad de Historia detrás de los mismos. Es común que estos mapas sean utilizados para estudiar los cambios de territorio a lo largo de las décadas en la era de la piratería y las creencias de la era.
De manera curiosa los mapas de los piratas eran más similares a un bestiario marítimo que a un verdadero documento cartográfico, ya sea por superstición, algo extremadamente común en la época, o para codificar mensajes a través de los mismos.
El mapa de tesoro más antiguo que se conserva es un rollo de cobre encontrado en el Mar Muerto, desenrollar el mismo tras haber sido hallado en 1952 por un equipo de arqueólogos requirió de un trabajo monumental. Puedes leer más sobre este esfuerzo en el siguiente artículo.
Botines y manifiestos piratas
No obstante, algo más importante que los mapas en si mismos eran los inventarios o manifiestos del botín capturado durante los actos de piratería exitosos.
En efecto, los piratas rara vez enterraban sus tesoros, razón por la cual no se necesitaban producir tantos mapas del tesoro. Un capitán de un barco pirata solo enterraba el tesoro o botín capturado en situaciones de emergencia, como por ejemplo si su barco era perseguido por las fuerzas de anti-piratería de las varias armadas reales de la época o si sus barcos sufrían serios daños.
Lo más común, tras acumular una cantidad considerable de riquezas era dirigirse a un puerto o a una ciudad pirata cercana e intentar vender el botín lo más rápido posible. No solo para evitar actos de piratería entre piratas, es decir otros barcos piratas atacándolos para robar su botín, sino que los capitanes querían evitar los motines a toda costa, y un grupo de hombres sin recibir su paga eran justamente un caldo para los motines.
Los motines eran muy comunes en la época, de hecho lo más común que contribuía a la caída de un capitán pirata o bucanero eran sus propios hombres levantándose en su contra y no las patrullas de las marinas reales encargadas con atacar a los piratas.
Ciudades dignas de Calvino
Hace muchos años tuve la oportunidad de leer un libro de Italo Calvino en el que éste, gracias a una charla imaginaria entre Marco Polo y Kublai Khan, describía una serie de «ciudades imposibles». Una más enigmática que la otra, estas ciudades desplegaban toda una serie de características únicas y asombrosas.
Es así que hace unos días me encontré con el sitio de Nikolas Schiller y sus «mapas caleidoscopios». Inmediatamente me hicieron recordar a las ciudades descritas por Marco Polo.