Duga-3 el pájaro carpintero soviético, la antena espía más misteriosa

Los poderes de la Guerra Fría construyeron gigantescos espías electrónicos para analizar al enemigo. Duga-3, el pájaro carpintero soviético, fue la antena más misteriosa de la Guerra Fría.

Duga-3 El pájaro carpintero soviético

En el mundo de los radio-aficionados durante la Guerra Fría el «pájaro carpintero soviético» era el nombre que se le daba a una misteriosa señal que provenía desde Rusia. Apodada de esta manera por el parecido que su ruido de fondo poseía con el frenético picar de los pájaros carpinteros, esta antena, que hoy en día sabemos que los rusos la denominaban como Duga-3, era parte de un avanzado sistema de detección de misiles transcontinentales.

La señal era en realidad un subproducto de una de las antenas más monstruosas y colosales alguna vez construidas, cuya función, era la de servir como un sistema de emergencia previa que detectara el acercamiento de misiles occidentales a la unión Soviética.

Fotografía de los restos oxidados de una antena soviética.
Imagen de Duga-3, el pájaro carpintero soviético.

Duga-3, como se conocía técnicamente, se ubicaba en las afueras de Chernobyl y era un secreto de estado. Con unos 900 metros de extensión y una altura que la hace visible a más de 100 kilómetros de distancia, este radar era capaz de detectar miles de misiles balísticos en simultaneo. Así mismo, su poder de transmisión, unos 10 MW, eran tan asombrosos como su tamaño.

Fotografía de los restos oxidados de una antena soviética.
Con unos 900 metros de extensión y una altura que la hace visible a más de 100 kilómetros de distancia, este radar era capaz de detectar miles de misiles balísticos en simultaneo.

La señal, que supo ser la pesadilla de todo radio aficionado en el hemisferio norte, fue desapareciendo a medida que la economía de la Unión Soviética colapsaba en sus errores y los mega proyectos no podían seguir siendo mantenidos.

La Operación Discoverer

La Misión Discoverer es uno de los episodios más interesantes de la Guerra Fría. Presentada al mundo como un enorme experimento científico en ciencia planetaria, en realidad, fue la primera misión de espionaje satelital en la Historia, tecnología que prontamente reemplazaría a los métodos de espionaje aéreo desarrollados unos años antes como el avión espía U-2. Discoverer se convirtió en la primera misión al espacio en utilizar los satélites Corona, famosos por haber sido los primeros satélites-espía funcionales del mundo.

La misión le daría a Estados Unidos un invaluable reconocimiento aéreo de instalaciones y territorios Soviéticos. Sin embargo, lo más interesante, radicó en que para justificar y mantener oculto el verdadero motivo de las investigaciones, cientos de documentos, estudios y análisis científicos debieron ser falsificados y presentados como los resultados obtenidos de la misión.

La primitiva tecnología de la época no permitía la transmisión inalámbrica de imágenes como los satélites modernos, al contrario, los satélites debían eyectar una cápsula con los films fotográficos a. Esto conllevaba un gran problema ya que muchas veces si no fallaba la eyección de la cápsula, la misma era extraviada al averiarse su antena en el descenso.

Varias de las misiones, como la CZ, lanzada el 28 de Febrero de 1959, terminarían en fracaso. De hecho, las cápsulas con los films de las misiones 5,6,8 y 11, críticas por su contenido de territorios clave de la URSS, fueron extraviadas en Tierra. De hecho resultados favorables recién fueron logrados con el Discoverer 13.

Una vez solucionados los problemas y gracias a la experiencia de los primeros lanzamientos, 32 misiones fueron llevadas a cabo con éxito, y decenas de miles de fotografías de la URSS fueron tomadas y archivadas. No obstante, los soviéticos comenzaron a sospechar, y un plan para verificar que tan científicas eran las misiones se puso en marcha.

Es así que el 25 de mayo de 1972 un submarino soviético fue ubicado estratégicamente debajo de la zona de aterrizaje de la cápsula de la mision Discoverer 38. Si bien el intento de los soviéticos falló, la CIA asumió que el riesgo era muy alto, por lo que la misión fue cancelada. No sin antes haberle dado a los Estados Unidos un primitivo «Google Earth» de las bases soviéticas.


Más sobre espionaje

Las palomas espías de 1903, los primeros drones espía

El U-2, el avión espía de alta velocidad y gran altura que dominó los cielos