En las décadas de los 1940 y los 1950 no existía el estigma que hoy en día puede observarse en la sociedad moderna con respecto a la utilización de cigarrillos, y esto fue aprovechado por prácticamente todas las tabacaleras del mundo para promocionar sus productos tanto a niños como adultos.
No solo se utilizaron programas de TV famosos y celebridades para realizar estas publicidades, incluso se llegaron a emplear a doctores quienes recomendaban al público que el fumar era, de hecho, un «buen ansiolítico». Esto último, por supuesto, no lo hacían basados en la ciencia sino que recibían grandes sumas de dinero por parte de las tabacaleras quienes luego los utilizaban para hacer todo tipo de publicidades en canales de TV, revistas y periódicos.
Es por esto que en el mundo de la publicidad llegaron a salir algunas rarezas vintage que, en la época actual, serían imposibles de sacar al aire y las cuales resultarían hasta legalmente inaceptables.
La corrección política de la época era también casi inexistente, por lo que a la gran mayoría de los fumadores no les importaba fumar en público, incluso si con el humo molestaban al prójimo. Era literalmente un vale todo.
Los Picapiedra recomiendan Winston
La tabacalera Winston utilizó la imagen de los Picapiedra para publicitar sus productos. Pero cómo, ¿una publicidad de tabaco en un programa para niños? ¿imposible? ¡no en el pasado!.
De hecho, la tabacalera fue el primer auspiciaste de la hoy famosa y clásica serie de Hanna Barbera, y su objetivo era el de familiarizar a los niños con el hábito de fumar. Al final del capitulo, los personajes iban y se relajaban tras un arduo día de trabajo fumando cigarrillos de la marca Winston.
En el siguiente video podemos ver un fragmento de uno de estos episodios.
Santa Claus recomienda Lucky Strike
¡Si Santa Claus lo recomienda es porque deben ser buenos!. Nada como capturar al público desde muy pequeños utilizando una figura clásica de la cultura popular. Después de todo, nada como relajarse con un cigarrillo después de viajar por todo el mundo repartiendo juguetes durante toda la noche. O, al menos, eso nos aseguraba la tabacalera con sus publicidades…
Esta publicad antigua muestra otro intento por capturar a su clientela desde pequeños, normalizando en los niños el consumo de tabaco. El «Santa Claus fumador», en este caso ilustrado en una publicidad de la la tabacalera que fabricaba los cigarros Lucky Strikes, era algo muy común y la figura del mismo también fue explotada por varias otras tabacaleras a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Los doctores recomiendan Camel
Si los doctores lo recomiendan ¡seguramente es por algo!. Al menos ese era el mensaje que intentaba diseminar Camel con su gran cantidad de anuncios publicitarios utilizando profesionales de la salud. Este tipo de anuncios tenía, a nivel psicológico, todos los elementos necesarios para introducir el producto en las mentes del público.
Primero elimina cualquier miedo hacia el cigarrillo con una falacia de autoridad «¡si los médicos lo fuman no debe ser peligroso para la salud!»; y segundo lo promociona o publicita como algo que, al contrario, no solo no es malo sino que tiene también ciertas cualidades medicinales al «refrescar la garganta» y «dejar una sensación suave y fresca en la boca».