La máquina del fin del mundo
El denominado Система «Периметр» o Systema «Perimetr», que en español significa Sistema Perímetro, es el nombre clave de la denominada «máquina del fin del mundo». La misma se trata de un sistema automatizado de respuesta nuclear creado por la Unión Soviética con el fin de dar un «golpe de gracia» a los Estados Unidos de manera completamente automática en caso de un ataque nuclear repentino por parte de la OTAN que aniquilara al Kremlin dejando así descabezados a los soviéticos de manera repentina.
Si bien la creación de un sistema de estas características parece algo extremo, durante la Guerra Fría las potencias nucleares abandonaron todo indicio de racionalidad. Por ejemplo, los Estados Unidos poseía una flota de bombarderos nucleares que estaban constantemente circulando los cielos de la OTAN con el fin de atacar a Rusia ante un ataque nuclear Soviético. Esto causó varios accidentes como el error de vuelo que arrojó cuatro bombas nucleares (sin explotar, obviamente) sobre territorio español.
Su origen tuvo lugar tras que el alto mando soviético se enterase de la existencia en el arsenal americano de submarinos nucleares capaces de desplegar un ataque nuclear a gran escala en menos de 30 minutos sobre Moscú. Estos submarinos no solo acortaban el tiempo de ataque, sino que los impactos eran más efectivos.
Tras acuerdo entre estrategas y científicos de la Unión Soviética se decidió construir un dispositivo que permitiese, en caso de la aniquilación de la cúpula de mando soviética, darle la oportunidad al mando militar restante de lanzar un ataque final bajo la doctrina «fail-deadly» -ataque inmediato y devastador en caso de ataque-. La máquina, conocida en occidente como «Dead Hand» -en honor a la popular obra- y llamada Perimetr por los rusos.
Su mecanismo de acción es simple y a la vez redundante. El mismo se basa a partir de constantemente revisar canales de comunicación con el Kremlin y bases de importancia en territorio ruso.
En caso de detectar un error de comunicación en todos los canales, el dispositivo abrirá los controles manuales del arsenal nuclear soviético. De esta manera permitiéndole incluso a oficiales de bajo rango lanzar un ataque masivo con bombas de cobalto a pesar de no tener los códigos de acceso suministrados por la cúpula soviética.
Los «dispositivos de hombre muerto»: son un tipo de control que requieren de interacción constante o periódica con una persona o de lo contrario detienen el sistema por completo. Esto es muy común en trenes, grandes embarcaciones (durante el proceso de amarre) y otros tipos de sistemas que pueden causar fallas catastróficas si son desatendidos. Por ejemplo, si un conductor de tren se queda dormido y deja de presionar la palanca que hace de «dispositivo de hombre muerto», el tren frenará y dará aviso a los controladores. El Sistema Perímetro utilizaban un concepto similar, si dejaba de recibir señales, automáticamente lanzaba los misiles.
Estas bombas de cobalto, ideadas por el legendario científico nuclear Leó Szilárd, largarían suficientes isótopos de cobalto-60 a la atmósfera volviendo a la Tierra incapaz de albergar vida por varias décadas. Si bien es muy difícil que aun continue activo, investigadores de la talla de Peter Smith, historiador especializado en la Guerra Fría y autor de Doomsday Men, sugieren que posiblemente no solo se haya construido exitosamente, sino que además todavía podría seguir en funcionamiento.
La montaña Yamantau
La ubicación de Perimetr es desconocida, sin embargo, oficiales del gobierno de los Estados Unidos tienen una idea de dónde puede encontrarse. En lo profundo de los Urales existe un lugar considerado como el punto mejor fortificado del planeta. El mismo es capaz, según estimados de inteligencia, de resistir 6 impactos termonucleares directos.
Esta gigantesca base se extiende de manera subterránea por debajo de dos ciudades Beloretsk-15 y Beloretsk-16, y posee a su vez, según se estima, una de las mayores redes subterráneas de transporte del mundo.
De hecho se cree que esta directamente conectada con la ciudad de Moscú vía un tren subterráneo de 800 kms. En la misma existe uno de los últimos laboratorios de investigación nuclear, que según se cree, siguen activos en Rusia, el Chelyabinsk-70.
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