Cascadas y olas congeladas
El país báltico de Estonia es ciertamente una de las regiones con uno de los inviernos más fríos y crudos del mundo, a tal punto que las fuentes y cataratas del mismo cierran durante el invierno ya que el congelamiento total y parcial de las mismas las convierte en un peligro. En efecto, en dicho país podemos ver algo tan fuera de lo común e inesperable como cascadas congeladas. Es un fenómeno similar al que ocurre con las olas congeladas del lago Baikal en Siberia, el frío es tan intenso que termina «ganándole» a la energía contenida en las olas y las cascadas y congelando el agua.
La cascada de Valaste
La razón no es voluntaria ni mucho menos deseada, sino que es prácticamente imposible que el flujo de agua no se congele. En las imágenes a continuación podemos ver a Valaste, una cascada mediana que con sus más de 20 metros de caída es, no obstante, la cascada más alta de Estonia y una de las más considerables en Europa del Este cuya geografía no es por lo general favorable a la creación de cascadas de gran altura y cauda.
La misma generalmente tras las inclementes tormentas de nieve invernales que azotan y castigan dicho país báltico se congela en cuestión de días, a veces incluso hasta en cuestión de horas, dejando a sus costados formaciones de hielo tan bellas como llamativas y las cuales se asemejan a largas espadas y lanzas de cristal que caen desde la cascada.
Al igual que en Letonia, cuyo intenso frío forma espectaculares pilares de luz, algo que en el pasado era un percance, es decir el frío y el hielo, hoy se ha convertido en un lucrativo negocio turístico. Miles de personas de toda Europa y varios lugares del mundo viajan exclusivamente a ver las cascadas todos los años con el fin de vislumbrar un fenómeno natural único, tomarse fotografías y ver algo completamente fuera de lo común.
Un bosque congelado
El resultado es realmente sorprendente, ya que debido a la gran cantidad de vapor de agua generado por la caída del agua, algo normal en prácticamente todas las cascadas ya que gran parte del agua se atomiza durante la caída, se dispersa en los alrededores de la cascada congelando prácticamente todo a su alrededor.
En el siguiente detalle vemos los alrededores congelados y un pequeño flujo de la cascada que aun queda sin congelar debido a la dinámica del río.
Cascadas de fuego: y si las cascadas de hielo existen, también existe su opuesto, las cascadas de lava y fuego durante las violentas erupciones de los volcanes en Hawaii, puedes ver las sorprendentes imágenes: Los ríos y cascadas de lava de los volcanes de Hawaii, la furia del Kilauea
Todo esto nos lleva a una de las tormentas más singulares de la Historia.
La gran tormenta de nieve de 1998
A finales de la década de los noventa la Costa Este de Canadá, sufriría una de las peores tormentas de nieve alguna vez registradas. Sólo comparable con las vistas en Siberia, la diferencia es que esta tormenta caería sobre un territorio habitado por millones de personas y compuesto por varias metropolis. Si bien la tormenta tocaría también parte de los Estados Unidos, Quebec y Ontario serían las regiones en recibir toda su furia.
El resultado de la tormenta sería nefasto. Cientos de líneas de poder caerían por el peso acumulado, dejando sin luz a más de 4 millones de personas; 28 muertos y casi 1000 heridos, a pesar que la región es un área especialmente preparada para recibir todos los años tormentas de nieve; y miles de millones de dolares en daños y pérdidas materiales.
Vemos el efecto sobre el tendido de luz, los costos de esta tormenta de nieve invernal se calculan en los varios miles de millones de dólares.
Si bien la tormenta de nieve canadiense de 1998 fue inclemente, esta poderosa tormenta no tiene punto de comparación las tormentas de nieve de la Antártida, el siguiente artículo nos muestra imágenes de una tormenta de condición 3, consideradas como las peores y más poderosas tormentas en la tierra.