El Palio di Siena es uno de los más bellos eventos tradicionalistas que se pueden presenciar en la actualidad. Una de las últimas carreras de caballos enteramente al estilo y usanza renacentista y ciertamente la más grande en cantidad de festejos y número de asistentes de todas.
De colores llamativos, una rica cantidad de símbolos heráldicos y mucha adrenalina la festividad es festejada sólo dos veces al año, y se caracteriza por hacer volver a la ciudad al pasado adornándola con bellos vitrales, escudos y decoraciones dignas del más rampante y valiente caballero de la corte.
La misma tiene origen hacia los siglos XII y XIII y su objetivo era el simular batallas. Simulación que muchas veces terminaba en tragedia cuando algún arquero erraba su tiro. Posteriormente, con el pasar de los siglos, y más especialmente cuando la ciudad fue seccionada, el festejo se iría transformándose gradualmente en la carrera que es hoy día.
Los miles de asistentes a la carrera la esperan con ansías durante meses, ya que es uno de los eventos más famosos de la ciudad y que, para fortuna de los comerciantes, atrae a miles de turistas al año.
Horas antes de comenzar, los mismos llegan a los terrenos de la Piazza del Campo para poder estar lo más cerca posible de las primeras filas. Todos, esperando a que el cañonazo disparado desde el edificio del Palazzo Comunale de inicio a la fiesta.
Lo más atractivo del festejo es que no solo la decoración es medieval, sino que su estilo también no ha cambiado en lo más mínimo. Cada jinete pertenece a una de las 17 «contrades» o secciones de la ciudad, y compite por estas.
El ganador, entonces, hará ganadora a su comuna y la misma realizará durante semanas todo tipo de festejos y banquetes populares. Razón por la cual, todo el mundo posee gran interés por ver a su jinete triunfar -y éste también lo desea ya que los premios son muy abultados-.
Debido a que muchos de los estilos de cabalgata son históricos, por ejemplo, se corre sin silla, muchos de los jinetes son entusiastas del HEMA, un arte marcial moderna que, sin embargo, intenta reproducir de manera precisa e históricamente correcta los estilos de lucha y combate medievales.
Si bien, y con justa razón ya que no es raro que los animales sufran heridas durante dichas carreras, varias organizaciones defensoras de los derechos del animal se han opuesto a la continuación de este espectáculo, los organizadores aseguran que los caballos reciben el mejor trato y se intenta asegurar el beinestar de los mismos tanto durante como después de cada carrera.
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