Madurodam, un museo sin igual
En el pasado habíamos hablado sobre los museos más extraños del mundo. No obstante, como el museo holandés de Madurodam no hay otro igual. Ubicado en La Haya, esta instalación permanente de arte posee una de las exhibiciones más llamativas y únicas de todo el mundo, una ciudad miniatura en la cual pueden encontrarse exactas réplicas de algunos de los edificios más importantes de Holanda e incluso mini-puertos y mini-aeropuertos perfectamente funcionales.
Sólo abierto entre los meses de mayo y septiembre, por razones climáticas, el mismo no solo es una colección de pequeños edificios. Sino que forma una pequeña ciudad con vida propia. Desde un puerto hasta un centro urbano, la ciudad, cuenta además con un sistema de iluminación.
Por la noche, miles de diminutas luces se encienden en las farolas de la calle y las ventanas de las casas y edificios. A su vez, un sistema electrónico hace que algunas luces se prendan o apaguen al azar, dando una etérea sensación de vida al lugar. Con el paso de los años el sistema eléctrico de la ciudad fue modernizado, y, gracias a una serie de micro controladores, las luces en las ventanas de los diminutos edificios se prenden y apagan al azar dando así la ilusión de vida y dinamismo dentro de los mismos.
Las estructuras y edificios que conforman esta pequeña y muy curiosas ciudad van desde históricos como son el Palacio Real -Orange Nassau- (este era el palacio desde el cual Mauricio I sorprendía a sus invitados con los extraños y muy curiosos veleros de tierra que recorrían las playas cercanas), pasando por el emblemático Binnehof hasta construcciones modernas, como por ejemplo el estadio de Eindhoven o el aeropuerto de Schipol.
Este último da uno de los espectáculos más elaborados de todo el recorrido, ya que posee diminutos aviones, réplicas exactas de aviones de aerolíneas mundiales. Si bien no se hace más por cuestiones de seguridad, hace algunos años el aeropuerto contaba con tráfico aéreo, ya que pequeños jumbojets a control remoto aterrizaban y despegaban del mismo.
Maestros del miniaturismo: si bien las miniaturas de Madurodam son asombrosas, nada se compara con las micro-miniaturas creadas por algunos de los más grandes maestros del miniaturismo, cómo por ejemplo es la obra de Henry Dalton, un artista que creaba mosaicos con el polen de las alas de las mariposas que solo podían ser vistos con lentes de alto aumento: Los mosaicos microscópicos de Henry Dalton.
El museo se encuentra en constante expansión, y con mucha regularidad acuden al mismo distintas autoridades de la ciudad y personalidades famosas para inaugurar nuevos edificios y áreas del museo.
Otra mención especial es la réplica del puerto de Rotterdam, que hasta hace algunos años poseía el mayor tráfico naval en el mundo (en las últimas décadas el puerto de Shangai ha logrado superar en gran medida la cantidad de trafico anual). El modelo de dicho puerto en el Madurodam posee docenas y docenas de embarcaciones miniatura recorriendo sus diques, muchas programadas con microcontroladores para seguir distintas rutinas que simulen la actividad diaria del puerto.
Si te interesan las miniaturas te recomendamos el siguiente artículo sobre las las microminiaturas de Hagop Sandaldjian, un talentoso artesano que crea miniaturas tan pequeñas que las mismas con capaces de caber en el ojo de una aguja. Por otro lado si tu interés son las miniaturas funcionales puedes leer sobre el tren de pasajeros más pequeño del mundo en funcionamiento, el cual se encuentra en el Reino Unido, y es un tren en miniatura el cual recorre un trayecto de varios kilómetros y es capaz de transportar personas sobre su techo.