Serendipia médica
A lo largo de la Historia muchos descubrimientos médicos fueron realizados por pura casualidad, quizás uno de los ejemplos más emblemáticos al respecto tuvo lugar donde el bombardeo al puerto de Bari en el año 1943, suceso bélico que, como resultado tras la liberación de gas mostaza durante el ataque, llevó al descubrimiento de una de los tratamientos más efectivos contra el cáncer linfático. En esta oportunidad hablaremos sobre otra de las serendipias más importantes en la historia médica, el hallazgo y obtención de las células HeLa.
Cultivos celulares
En el campo de los cultivos celulares, una línea celular establecida, o como muchos suelen llamarlas dada su naturaleza «inmortales», es una línea celular que, debido a una manipulación de laboratorio, o en casos extraordinarios a causa de una mutación azarosa, adquirió la capacidad de proliferar indefinidamente. Es decir, dejan de ser afectadas por ese «tope natural» que es la «inhibición por contacto» -un mecanismo de control natural por el cual las células de un tejido, al entrar en contacto entre si, dejan de proliferar, evitando de esta forma destruir o dañar el tejido que conforman-.
En efecto, estas líneas de células, a pesar de provenir de un organismo que muere o se degrada, logran vivir indeterminadamente mientras cuenten con los nutrientes necesarios para su desarrollo. Creciendo en capas, un comportamiento similar en la naturaleza puede ser observado en los tejidos cancerosos, ejemplo por el cual vemos el por que de la necesidad de un mecanismo de control.
Estos cultivos establecidos o inmortales son de angular importancia en la biotecnología moderna, ya que permiten por ejemplo, entre otras cosas, la producción artificial del gen de la telomerasa, así como otras aplicaciones y herramientas de mucha importancia.
HeLa
Estas líneas establecidas eran toda una rareza en a principios de los 50s, y crear una línea celular inmortal de un tejido humano era la meta del Dr. George Otto Gey, un hombre que, como veremos, estaba dispuesto a todo. En Octubre de 1951, la vida de Henrietta Lacks, una mujer de 31 años, proveniente de una familia rural de Virginia, llegaría a su fin en el prestigioso hospital universitario Johns Hopkins tras una prolongada lucha contra un cáncer cervical. Durante el paso de Henrietta por el hospital, el Dr. Otto Gey, sin contar con autorización de la paciente o su familia, extraería durante los años, muestras de tejidos de la paciente que, tras estudiarlos, encontraría adecuados para su investigación.
La invención del microscopio: desde su invención, el microscopio ha permitido realizar todo tipo de descubrimientos clave para la medicina. Puedes leer más al respecto en el siguiente artículo: La invención del microscopio y el descubrimiento de los microbios.
A sólo tres años de la muerte de la mujer, su línea celular inmortal comenzó a ser producida en masa. De hecho, se convertiría en una herramienta fundamental en las investigaciones que permitieron a Jonas Salk desarrollar la vacuna contra la polio. Incluso viajaron al espacio, ya que la NASA utilizaría líneas celulares HeLa para probar si la gravedad 0 era perjudicial a los tejidos humanos. Posteriormente, sería utilizadas para la lucha contra el cáncer, el SIDA e incluso el testeo de cosméticos en tejidos humanos.
Curiosamente, esta herramienta no sólo trajo beneficios, sino que también disgustos, ya que su proliferación es tan exitosa que durante la mayor parte de los 80s y los 90s la contaminación con líneas HeLa en otros cultivos celulares era tan común y tan frecuente que llevó a la pérdida de millones de dólares y valiosos tiempos de investigación, al deber rearmar los cultivos.
Tan grave fue esta contaminación que Walter Nelson-Rees diría que la contaminación con células HeLa era tan extensiva que posiblemente durante los últimos 30 años investigadores de todo el mundo pudieron haber trabajado con células HeLa sin saberlo, pensando que se trataba de otro tipo de cultivos celulares, arriesgando así la correcta lectura de resultados. Esto llevaría a una carrera de más de 10 años con el fin de encontrar un mecanismo de control e identificación eficiente.
Si bien la acción realizada por el doctor George Otto Gey permitió realizar uno de los descubrimientos médicos más importantes del siglo XX, la poca ética en la manera con la cual recolectó las células llevaron a que sea repudiado por la comunidad médica constantemente a lo largo de los años.
Helacyton gartleri
Hoy en día, y debido a su capacidad de proliferación, las líneas HeLa mutadas a partir del virus HPV -virus papiloma humano, es español se abrevia como VPH- son consideradas como el primer organismo en evolucionar de los humanos. Técnicamente se lo denomina como helacyton gartleri y es considerado un organismo al poder mantenerse por su propia cuenta.
Experimentos a gran escala: uno de los experimentos botánicos más importantes en la historia de la ciencia fue Biosphere 2, un intento por crear el ambiente perfecto para el crecimiento de un bosque tropical, no obstante, prontamente los científicos descubrirían que dicho «ambiente perfecto» eras perjudicial para los árboles: Biosphere 2, el ecosistema perfecto e idílico que terminó en fracaso.
Su código genético posee el hallado en los humanos más el asociado con el tipo de cáncer del que fue extraído primeramente el téjido. No obstante, no todas las líneas HeLa son llamadas de esta manera. Hay una considerable variación entre distintas familias de líneas cultivadas a lo largo de las décadas.