Seres de las profundidades
Si deseamos buscar animales extraños y fuera de lo común solo debemos mirar en las profundidades de los océanos. Los seres de las profundidades están ciertamente entre los seres más raros y extraños del mundo debido a que su ambiente extremo los ha llevado a seguir caminos evolutivos completamente distintos a los de los seres en la superficie terrestre. Entre estas rarezas halladas en las profundidades hallamos a los animales bioluminiscentes, es decir, seres que brillan en la oscuridad.
Los animales bioluminiscentes
La bioluminiscencia es un fenómeno por lo general marino, no tan común en organismos de agua dulce, y es de carácter químico. Es decir, distintos tipos de fuentes lumínicas son generadas mediante químicos orgánicos en el cuerpo del ser en cuestión -especialmente por la reacción entre los reactivos luciferina y luciferasa, que, al ser segregados en sus órganos fotóforos, se mezclan y reacción produciendo luz-.
Seres transparentes: además de seres bioluminiscentes en las profundidades encontramos otro tipo de ser casi imposible de ver en la superficie, es decir, los seres transparentes. Sí, en efecto si descendemos a varios cientos de metros de profundidad en el mar encontraremos seres completamente transparentes: Los animales transparentes de las profundidades.
Evolutivamente, fue un fenómeno gradual, valga la redundancia, en seres que comúnmente habitaban profundidades menores y que fueron descendiendo a medida que, con el paso generacional, sus organismos se adaptaban a tan extremo ambiente.
Curiosamente la gran mayoría de las fuentes de luz producidas son de tonalidad azulada, ya que es la frecuencia que mejor viaja a través del agua. No obstante, también, en un truco evolutivo, los Malacosteus y varias anémonas pueden generar luces rojizas, ya que este rango de frecuencia no es bien percibido por la mayoría de los peces abismales pudiendo así iluminar su entorno sin hacerse visibles a los predadores cercanos.
Bioluminiscencia de superficie
Fuera de las profundidades del mar, es decir en la superficie terrestre, podemos encontrar casos de bioluminiscencia generalmente en seres microscópicos, como por ejemplos las algas biolouminiscentes que iluminan las costas de la sorprendente isla de Vieques.
Otro caso de bioluminiscencia en la superficie terrestre se da en los gusanos brillantes de la cueva de Waitomo, en Nueva Zelanda. Una cueva en cuyo techo habitan millones de gusanos bioluminiscentes de la especie Arachnocampa. Al brillar los mismos forman un verdadero planetario de la naturaleza.