Cirugía plástica en el renacimiento
En el pasado hemos hablado habíamos hablado sobre un fantástico tratado renacentista editado por Gaspare Tagliacozzi, un cirujano veneciano del renacimiento que ideó, basado en teorías aun más antiguas, una autoplastia en la cual un adinerado guerrero o rico señor, podía recuperar una nariz u oreja perdida en batalla o un accidente tras asegurarla mediante un sistema de arneses a uno de sus brazos.
Gaspare Tagliacozzi
El cual podía mediante cirugía ser sería unido con la nariz u oreja para que así, al cabo de unos meses pasado un tiempo y una vez que la piel creció sobre la herida reconstruir el área perdida o al menos evitar que quede una herida abierta en el rostro.
El tratado en cuestión se denominaba De Curtorum Chirurgia per Insitionem y sería editado en el siglo XVI a partir de metodologías y técnicas de cirugía más antiguas, recopiladas por el mismo Tagliacozzi durante su paso en la Universidad de Bulåggna (actual Bolonia) como profesor de cirugía y médico local ya que muchas veces oficiaba como médico cuando un paciente lo requería o no había otro cirujano disponible.
La obra en sí consta de 22 placas bien ilustradas y explicadas con el fin de permitirle a otros cirujanos utilizar el método de Tagliacozzi para reparar narices u orejas. Dando consejos no solo sobre en la cirugía en sí sino además sobre el cuidado pósoperatorio. Estas placas eran primero ilustradas en papel, luego transferidas a un bloque de madera en un proceso de grabado lineal y luego utilizadas en imprentas para imprimir varias copias del tratado en serie.
Puedes leer más sobre los procesos de impresión antigua de libros, sobre todo la impresión de ilustraciones, siguiendo este enlace en el cual hablamos sobre la odisea de un hombre moderno por recuperar, restaurar e imprimir los antiguos grabados de los diccionarios Merriam Webster.
Recomienda, el innovador Gaspare, que un tiempo óptimo de espera con la nariz adosada al brazo es de dos a tres semanas. Transcurrido este tiempo, se debía práctica otra cirugía para separar e brazo y dar forma a la nueva «nariz».
Tagliacozzi muere los 54 años y su cuerpo, tras unos años de su muerte, seria excomulgado, desenterrado y vuelto a enterrar en tierras no sacras, ya que su trabajo no le había caído muy bien a las autoridades religiosas.
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