La hazaña de Philippe Petit
Antes de su destrucción en el año 2001, tragedia que quedó capturada de manera más nítida en los videos tomados por Jim Huibregtse, al punto que los mismos permanecieron clasificados por el gobierno americano durante más de una década, las Torres Gemelas fueron uno de los símbolos e iconos culturales de mayor importancia de los Estados Unidos, razón por las cual las mismas aparecieron en infinidad de películas y fueron la pieza principal de una cantidad interminable de eventos y sucesos. Eventos entre los que se encontró el acto de acrobacia histórico de Philippe Petit.
El acto de Philippe Petit tuvo lugar en agosto de 1974 y fue considerado como una de los actos de equilibrismo más espectaculares alguna vez registrados. No es para menos, ya que luego de 6 años de planeamiento se infiltraría con sus colaboradores en las Torres Gemelas, tenderían un cable sobre las mismas, y Petit las cruzaría caminando sobre el cable.
Uno de los momentos más tensos de la hazaña de Philippe Petit, lo vemos perder brevemente el equilibrio. Algo que por suerte pudo solucionar rápidamente y continuar con su hazaña:
Tras esta hazaña Petit saltó a la fama internacional, al punto de ser considerado como uno de los acróbatas más temerarios y arriesgados en la historia de la acrobacia. Algo que, si bien le trabajo al acróbata francés muchos privilegios y sobre todo beneficios económicos, a su vez alteró su vida personal debido a la cantidad de entrevistas para las cuales era requerido y en especial la cantidad de acróbatas amateurs que deseaban entrenar con el.
Curiosamente, la hazaña de Petit fue completamente ilegal, ya que no contaba con los permisos necesarios para realizar este semejante acto temerario, razón por la cual fue detenido por la policia tras completar la haza. Cuando los reporteros le preguntaron por qué arriesgo su vida de tal manera, el acróbata respondió:
«Cuando veo tres naranjas, hago malabares; cuando veo dos torres, las cruzo».
Si bien los cargos en su contra eran serios, debido a la atención internacional que generó la hazaña y el cariño del público, la justicia estadounidense desechó los cargos contra el equilibrista a cambio de que este simplemente haga algunos espectáculos para los niños en el Central Park. Tras esto, Petit también fue premiado con un pase libre de por vida para por acceder a los miradores de las torres.
Acróbatas extremos: durante principios de la década del 80 Joel Fletcher produjo y filmó un corto titulado «The Wanderer», en el cual vemos las aventuras del equilibrista Mark Daniel, quien recorrió Los Ángeles caminando con las manos: Mark Daniel, el acróbata que recorre el mundo de cabeza.
Si te interesa la historia puedes ver el documental publicado en el año 2008, Man on Wire. Documental que relata la historia de Petit desde sus inicios hasta la hazaña histórica.
En la siguiente imagen vemos a Philippe Petit siendo escolado por la autoridad portuaria de Nueva York tras haber concretado de manera exitosa su hazaña.
Cruzando la Flecha Perdida
Otra hazaña de este tipo fue el increíble acto de equilibrismo del famoso escalador Dean Potter. La misma tuvo lugar en el parque nacional Yosemite, cuando tras escalar una formación de granito del cretácico denominada Lost Arrow Spire (la Flecha Perdida), tendiera una cuerda entre una de las agujas de piedra, y cruzara de manera exitosa, sin utilizar ningún tipo de línea de seguridad a la cuerda.
Los temerarios del Yosemite: el parque nacional de Yosemite, además de sus bellezas naturales, es visitado por un singular número de acróbatas y atletas temerarios, entre los que se econtraba Dan Osman, el más legendario de todos los escaladores libres (es decir sin cuerdas ni amarres de ningún tipo) en velocidad de la Historia: Dan Osman, el escalador sin cuerdas que humillaba al Hombre Araña.
Para realizar esta increíble hazaña Potter realizó una disciplina dada a llamar Slacklining, cuya variación con respecto a la caminata por cuerda floja tradicional radica en que la cuerda no se encuentra demasiado tensada entre ambos puntos, ni se utiliza una vara de balanceo. En efecto, un acto de peligro extremo.