La naturaleza se abre camino
En la película Parque Jurásico, Jurassic Park, los creadores del parque aseguran que la instalación no corría peligro de que los dinosaurios comiencen a reproducirse de manera descontrolada debido a que todos los dinosaurios clonados eran hembras. Básicamente lo científicos en la película se jactaban de poder controlar y jugar con la naturaleza (algo que, en el mundo real, siempre tuvo resultados desastrosos)
No obstante, y quizás en una de las escenas más emblemáticas de la película, el Dr. Ian Malcolm, interpretado por Jeff Goldblum, descubre en medio de la crisis cáscaras rotas de huevos de dinosaurio y llega a la conclusión de que algunas de las hembras se alteraron hormonalmente para convertirse en machos (algo posible ya que según el argumento de la película se había utilizado el ADN de una rana, especie capaz de cambiar de género para completar las piezas de ADN faltantes) .
En dicha escena icónica Malcolm pronuncia una frase que quedó en la historia «la naturaleza se abre camino», frase que representa el triunfo de la naturaleza incluso en el escenario más contradictorio. Hoy en día dicha frase es utilizada cuando se desea indicar que por más se intente detener a la naturaleza esta se abrirá camino y terminará triunfando de una u otra manera.
A continuación hablaremos sobre uno de estos ejemplos en los cuales la naturaleza reclama el planeta tierra.
La naturaleza que devora a Detroit
Muchos de los barrios y distritos de la ciudad de Detroit hoy en día permanecen en un completo estado de abandono, esto, principalmente, se debe al decaimiento de la industria automovilística estadounidense. Detroit, la capital de las automotrices más importantes de los Estados Unidos, se vio permanentemente afectada por este colapso, razón por la cual gran parte de la mano de obra calificada y los obreros que anteriormente trabajaban en dichas industrias emigraron a ciudades y estados más prósperos.
Mucho tiempo atrás me asombré oyendo el relato de un ingeniero agrónomo sobre cómo las películas pos-apocalípticas fallaban al representar la ciudad de un sombrío futuro, ya que las mismas, si bien eran simplemente ruinas latentes de un prospero antaño, permanecían con su vegetación «controlada».
La naturaleza es incontrolable, indómita, y si se le da la oportunidad, no ‘duda’ en reclamar lo que es suyo, es decir, se abre camino. De esto tenemos un ejemplo vivo y perfecto en Detroit, una ciudad de pasado pujante y cuna de la industria automotriz americana, que prontamente se fue viendo deteriorada y abandona por sus ciudadanos pudientes hasta el punto de convertirse en una de los centros urbanos más peligrosos y deteriorados de Norteamérica. Como decía Malcolm en Jurassic Park: «La Naturaleza se abre camino.»
Los restos de Fukushima: durante el destructivo y gigantesco tsunami del año 2011 las olas golpearon la planta nuclear de Fukushima causando un principio de derretimiento en uno de los reactores. Esto llevó a que las zonas cercanas a la planta se evacuen, incluyendo la ciudad cercana. Con los años, la ciudad irradiada fue completamente devorada por la naturaleza.
Las fotografías en cuestión pertenecen al trabajo de James Griffioen, un fotógrafo estadounidense basado en Detroit que durante los últimos años se ha encargado de recolectar imágenes de una ciudad que lentamente está siendo consumida por la naturaleza misma.