El León de Lucerna, un león tallado sobre la cara de una montaña

El León de la Montaña de Lucerna y el anciano de la fuente de agua natural de Hupao son dos de las esculturas en piedra más impresionantes del mundo.

Los mejores monumentos del mundo

Siguiendo con nuestra serie sobre monumentos épicos y dignos de competir con los que podrían existir en un mundo soñado por Tolkien, como por ejemplo es el caso del imponente monumento noruego de las espadas gigantes clavadas en la roca de Sver i Fjell, hoy es el turno de dos esculturas en la roca que enmudecen con su belleza: el león de lucerna o el león herido y el monumento del anciano y los tigres.

El león de Lucerna

El mismo se encuentra en la Lucerna, una ciudad del centro de Suiza. Diseñado por Bertel Thorvaldsen, el león conmemora y honra la memoria de los guardias suizos del palacio de Tuileries que en 1792 fueron ejecutados de forma brutal por revolucionarios franceses.

Una vez capturados y ya indefensos, algunos de los guardias que no perecieron durante el combate fueron arrodillados para luego ser degollados y mutilados con cuchillas. Siendo sus cabezas clavadas en lanzas y distintas partes de su cuerpo arrojadas por todo París.

Fotografía antigua del León de la Montaña.
Escultura del león herido de la montaña en Lucerna. La misma fue pagada por un sobreviviente de la Guardia Suiza para honrar a sus camaradas.

Otros 200 guardias sobrevivientes serían guillotinados. Hubo tanta saña a la hora de su ejecución debido a que los guardias, a pesar de ser fuertemente sobrepasados en número, pelearon con extremo valor y lograron retener a los atacantes durante un período considerable de tiempo. El texto principal dice «Helvetiorum Fidei ac Virtuti» -A la lealtad y al valor de los suizos-

El monumento sería comisionado por Karl Pfyffer, un guardia que durante el ataque se encontraba en su día libre en las afueras de Paris. Pfyffer pasaría años juntando el dinero necesario para honrar a sus camaradas lo que hace a esta impresionante escultura aun más emotiva, ya que no es producto de la propaganda estatal sino del esfuerzo de un hombre por reconocer y recordar a sus camaradas caídos.

El anciano y los tigres

Esta espectacular escultura se encuentra en la fuente de agua natural de Hupao -tigre corriendo,- en Hangzhou, China. La escultura que hoy adorna el cuerpo de agua, fue contruida sobre la fuente de agua natural de Hupao en si misma ha sido considerada por generaciones como una fuente de agua increíblemente pura -de hecho esto no es errado, ya que es la tercer fuente natural en pureza de toda China.-

La leyenda dice que un monje anciano se encontraba sufriendo y enfermo debido a la sequía de la región. Una noche, mientras se hallaba durmiendo, una criatura mitológica se le apareció en sus sueños, diciéndole que no debía preocupar ya que dos magníficos tigres aparecerían al día siguiente y, con sus poderosas garras, cavarían sobre la tierra trayendo a la región el regalo de una fuente de agua única y mágica.

Esta espectacular escultura se encuentra en la fuente de agua natural de Hupao -tigre corriendo,- en Hangzhou, China.

Este es uno de los mejores ejemplos de como la mitología se combina a la perfección con la escultura, y como dichas historias enriquecen y condimentan el arte. Ciertamente, podemos decir con toda seguridad que este tipo de piezas perdidas en la naturaleza enriquecen el mundo, lo convierten en un lugar mucho más interesante y bellos.

Vemos también como el tópico de la pieza trata sobre la calma de la meditación y el control personal ante la adversidad. El anciano, enfermo y dolido en control de su medio, medita tranquilamente esperando que los tigres prometidos lleguen a él para cavar la fuente de agua con sus poderosas garras.

En cierta manera los controla, ni siquiera la amenazante figura de estas bellas bestias puede sacarlo de su estado de meditación y su control, y esta tranquilidad y meditación lo premian con la fuente la cual curará sus dolencias. Un tópico muy popular en el budismo, el cual se ve reflejado en el budismo.


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