Actos de principios de siglo
Las primeras décadas del siglo XX fueron los años dorados de los actos circenses de escenario. Principalmente impulsados por los espectáculos de cabaret, donde se dejaba de lado la formalidad y se aceptaban tipos de humor que de otra manera hubiesen sido inaceptables para el grueso de la sociedad de la época, como por ejemplo el acto de Le Pétomane, un hombre que componía melodías con sus flatulencias. Es así que prontamente comenzaron a aparecer en escena todo tipo de artistas corporales, entre estos uno de los más impresionantes fue Hadji Alí la fuente humana.
Hadji Alí la fuente humana
El artista egipcio Hadji Ali fue una de las más peculiares estrellas de actos circenses de la segunda década del siglo XX. Su acto, por el cual fue aclamado tanto en Oriente como en Occidente, se basaba a partir de su impresionante capacidad para tragar y luego regurgitar distintos objetos exactamente en el orden pedido por el público.
Artistas corporales: los faquires y los contorsionistas eran considerados como artistas corporales, ya que estos trabajaban a partir de sus habilidades corporales, creando actos circenses en los cuales su cuerpo era la obra. Uno de los faquires más famosos en los escenarios de antaño fue Dajo, un hombre capaz de traspasar su cuerpo con espadas: Dajo el hombre de goma.
De todos sus actos, los cuales en su gran mayoría estaban relacionados a distintas habilidades corporales, el más más popular entre las distintas audiencias de todo el mundo era el de convertirse en la «fuente humana«. Acto para el cual consumía varios litros de agua que luego largaba a manera de fuente. Esto lo hacía controlando su diafragma para así lograr expulsar el agua que había consumido previamente a gusto y placer.
Hadji Ali no fue el único actor en representar actos circenses relacionados con regurgitar objetos en los tantos espectáculos de cabaret y salones de principios del siglo XX. Sin embargo, se volvería el más famoso de todos en parte gracias a su vestimenta y la temática con la cual decoraba y orientaba sus actos. Algo que le daba una apariencia muy exótica que cautivaba a los espectadores en una época donde las aventuras y los grandes viajes a Oriente estaban muy a la moda tanto en la literatura como en el naciente cine.
En el siguiente vídeo vemos a Oliver Hardy, actor humorístico de gran fama gracias a las películas de El Gordo y el Flaco, presentando a Alí:
Como podemos observar, verdaderamente era una fuente de agua humana.
El último gran mago
Por supuesto que si mencionamos los actos circenses de los escenarios de principios del siglo XX no podemos dejar de mencionar al que fue quizás el más legendario de todos los magos: El Gran Cardini, un mago tan talentoso que era capaz de realizar todo tipo de trucos con cartas y otros elementos sin sacarse los pesados guantes de caballero que vestía.
Puedes ver el único vídeo que existe de la obra de Cardini siguiendo este enlace: La única filmación que se conserva del gran Cardini.