La imagen a continuación, en la cual vemos miles de fundas protectoras de obuses siendo apilados por oficiales artilleros, es realmente un claro ejemplo visual de lo intensa y cruenta que fue la guerra de Corea, sin duda alguna una de las guerras más sangrientas y violentas de la historia.
En menos de tres años más de dos millones y medio de civiles perdieron sus vidas ya sea tanto en alguno de los intensos bombardeos o los múltiples enfrentamientos armados y ataques de artillería.
Una de las características quizás más macabras de la misma fue la cantidad de bombas y ataques de artillería empleados contra blancos que muchas veces no eran lo suficientemente importantes como para meritar semejante respuesta, algo que solamente es estratégicamente comprensible si lo vemos desde la perspectiva de la Guerra Fría, donde «enviarle el mensaje a la otra potencia» era muchas veces más importante que los resultados mismos de un ataque.
Para darnos una idea, en dicha guerra lamente los Estados Unidos arrojarían más de 177 mil toneladas de bombas y más de 272 mil cohetes sólo desde aviones. Estremecedor.
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