Años atrás leyendo el equivalente ruso a la National Geographic, o mejor dicho intentando hacer sentido de las imágenes ya que no entendía el idioma, unas fotografías de una cabaña en la nieve supieron cautivarme. Las imágenes eran recientes, eso era evidente por sus ricos colores y definición, obviamente tomadas con una cámara digital, pero a pesar de esto, sin embargo, los contenidos de la cabaña, en su mayoría provisiones para el cruento invierno polar, parecían extraídas directamente de otro tiempo.
Un tiempo pasado y lejano, quizás un tiempo en el que los aventureros abundaban y eran tan temerarios como legendarios. Fue allí, sin la necesidad de entender las palabras, que me di cuenta de que se trataba ni más ni menos que de un monumento vivo a la memoria de alguien, preservado y congelado tanto en el tiempo como el espacio y con igual responsabilidad tanto por el intenso frío así como por los respetuosos aventureros que le siguieron a quien sea haya habitado esa cabaña.
Es así que hablaremos de tres lugares que, a causa de haber quedado completamente aislados del contacto humano, han quedado inmutables a través de las décadas. Habiéndose hoy, si bien comunes en su época, transformado en ventanas abiertas al pasado.
El santuario de Scott
Esta es la cabaña a la que hacía referencia en la primera entrada, se trata nada más y nada menos que una de las bases en la Isla de Ross del explorador británico Robert Falcon Scott, quien en 1910 se embarcará como miembro y líder de la trágica expedición Terra Nova al Polo sur junto a más de 20 hombres bajo su comando.
Expedición en la cual el mismo Scott y otros cuatro de sus aventureros perdieron sus vidas poco tiempo después de haber sido ‘vencidos’ por el explorador Roald Amundsen de Noruega quien logró llegar al Polo sur.
Si bien la expedición fue trágica de por si, lo que ha hecho que ésta quedase grabada en la memoria de muchos exploradores al punto de haber convertido las chozas de Scott y sus acompañantes en verdaderos santuarios preservados durante ya hace casi un siglo, fue el corto pero emotivo mensaje encontrado en el cuerpo de Scott, en el cual se despedía de sus camaradas con gran afecto y alabanzas a su coraje y tesón.
La Scott’s hut -la choza de Scott- es la más famosa ya que fue la base de la fatídica expedición Terra Nova. No obstante, hay otras chozas también construidas y utilizadas por Scott durante sus expediciones anteriores y que aun, a pesar de todo, se encuentran preservadas -siendo la choza Discovery, nombrada en honor al barco de Scott durante la expedición previa a Terra Nova, la más importante de estas subestaciones-.
Su conservación es una tarea difícil y extremadamente costosa, algo lógico si tenemos en cuenta las condiciones climáticas del lugar. Algo no tan problemático con respecto a la choza Discovery, ya que la misma se encuentra muy cerca de la base McMurdo.
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Los pasillos perdidos de la estación Notting Hill
Hacía cincuenta años la estación de trenes subterráneos de Notting Hill era renovada con la intención de instalar escaleras mecánicas, por lo que los pasillos antiguamente utilizados para transitar entre los elevadores verticales quedaban en desuso y por lo tanto eran clausurados al público, quedando por lo tanto olvidados en el tiempo.
Décadas más tarde, y nuevamente debido a renovaciones, dichos pasillos serían redescubiertos, dando una gran sorpresa a los obreros y a las autoridades, las cuales quedaron sorprendidas por lo bien preservadas que se encontraban las publicidades y afiches expuestos en las paredes. Datando de entre los años 1956 a 1959 vemos, principalmente, afiches de películas y ciertamente corroboramos que de moda estaba el diseño gráfico de puntos y contrastes fuertes en ese entonces.
La Littlewood’s Drug Store
La Littlewood’s Drug Store era una pequeña farmacia de ciudad que, tras la muerte de su dueño original, cerró sus puertas al público. Puertas que permanecerían cerradas por más de medio siglo y que, al reabrirse, permitirían dar un paseo al pasado. No de manera inesperada pero si curiosa, en la misma vemos productos que en su tiempo eran considerados como benignos, y que, no obstante, hoy ya no lo son.
Por ejemplo se ven productos pesticidas que contiene DDT, o alimentos guardados en frascos con tapas de estaño entre otros. Algo ciertamente cotidiano en ese entonces y totalmente prohibido hoy en día.
Desafortunadamente, el negocio inmobiliario pudo más, y la tienda será demolida y convertida en un edificio prontamente, por lo que sus contenidos han sido subastados a coleccionistas.