Un largo proceso de reconstrucción
La Europa moderna, y sobre todo la Francia moderna vieron un proceso de reconstrucción de tal magnitud durante las tres décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial que hoy en día, solo viajando por algunos de los escenarios de las batallas más importantes cuesta creer los relatos sobre la magnitud de dichas contiendas. Es por esta razón que lugares como Oradour-sur-Glane, el cual es un museo vivo del mayor conflicto bélico en la Historia de la humanidad, son tan importantes.
Oradour sur Glane
Más allá de algún gran edificio antiguo con «heridas de guerra» todo, por lo general, se encuentra en perfecto estado de conservación. Es por esto que la importancia histórica de Oradour-sur-Glane es única, ya que éste pueblo es legado vivo e inmutable del nivel de destrucción, miseria y horror que desató tan trágico episodio en la historia del siglo XX.
La destrucción de éste pequeño pueblito perteneciente a la región de Lemosín tuvo lugar en Junio de 1944, cuatro días después del Día-D tras que las tropas alemanas en la región fueron informadas falsamente por dos ciudadanos franceses del secuestro y posterior traslado al pueblo de Oradour-sur-Vayres de Helmut Kämpfe, comandante de la 2da Division Panzer de las SS por parte de los Maquis-la resistencia-.
Los canales de comunicación alemanes eran un cáos total. Múltiples reportes de enfrentamientos terrestres, ataques de artillería, bombardeos, órdenes de movimiento de tropas, heridos, muertos y un avance Aliado que parecía firme e imparable causaban estragos en la logística y servicios de inteligencia de campo del Eje. Incapaz de confirmar a ciencia cierta la veracidad del secuestro, el general Heinz Lammerding ordena al mayor especial Adolf Diekmann, oficial al mando del 4to regimiento de granaderos y motorizados de las SS, tomar Oradour-sur-Vayres.
Pueblo que se salva gracias a un macabro giro del destino, ya que el caos en las comunicaciones llevó a que el oficial tome por error el pueblo de Oradour-sur-Glane, cuyos habitantes y toda persona en los alrededores recibieron la orden terminante de reuniese en la plaza del pueblo con la falsa excusa de sujetarlos a una revisión de papeles y documentos de identidad. Excusa que, prontamente y con gran horror, los habitantes descubren que se trataba de una vil trampa. Más de 640 civiles serían brutalmente asesinados por Diekmann y sus hombres, incluidas mujeres y niños. Tras la macabra danza de balas y bombas incendiaras el pueblo es saqueado y abandonado.
Excusa que, prontamente y con gran horror, los habitantes descubren que se trataba de una vil trampa. Más de 640 civiles serían brutalmente asesinados por Diekmann y sus hombres, incluidas mujeres y niños. Tras la macabra danza de balas y bombas incendiaras el pueblo es saqueado y abandonado.
Terminada la guerra el nuevo Oradour-sur-Glane es fundado a uno pocos kilómetros al norte del pueblo original, y Oradour-sur-Glane viejo, bajo ordenes del mismo Charles de Gaulle, es dejado bajo el estatus de monumento nacional y legado de la tragedia así como recordatorio de hasta donde puede descender el ser humano en tiempos de oscuridad. Años más tarde, en enero de 1953, un tribunal especial es establecido en Burdeos para juzgar a los sesenta y cinco soldados del 4to regimiento participantes de la masacre que sobrevivieron a la guerra.
De los sesenta y cinco solamente veintiuno serian juzgados en presencia, ya que la gran mayoría de los restantes se encontraba en Alemania Oriental, y el gobierno de dicho estado se negó rotundamente a realizar pactos de extradición con Occidente. Negativa no solo exclusiva a Alemania Oriental, de hecho, Lammerding se encontraba viviendo en la zona bajo control británico de Alemania Occidental, y fue el mismo gobierno británico quien se negó a extraditarlo.
Tristemente durante el juicio se hizo publico que la mayoría de los enjuiciados no eran precisamente alemanes, sino franceses de la región separatista de Alsacia. Al conocerse éste detalle las autoridades y población de dicha región se pusieron prácticamente en pie de guerra, no en repudio sino en apoyo de los soldados, aduciendo que todo se trataba de un circo armado por parte del gobierno francés para ensuciar a su región.
En acción conciliatoria el tribunal fue por lo tanto dividido en dos, ahora incluyendo miembros de Alsacia entre los jueces. Si bien para el final del juicio veinte soldados fueron hallados culpables, protestas y amenazas de índole separatistas por parte de las autoridades alsacianas terminaron llevando a que el parlamento francés declare prontamente una amnistía general dejando libres a todos los alsacianos.
Cinco años más tarde Lammerding, en ausencia, y todos los soldados apresados de origen alemán también fueron liberados aduciendo que en realidad al creer estar combatiendo a la resistencia se encontraban amparados en ley de guerra. Las victimas nunca obtuvieron justicia alguna, salvo en la memoria de los cientos de personas que año a año visitan Oradour-sur-Glane.
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