Theodore Roosevelt
Theodore Roosevelt, el presidente número veinticinco de los Estados Unidos y cuyo gobierno tuvo lugar entre los aós 1901 y 1909, es decir justo a principios del siglo XX, fue un personaje que «amaba a los animales» tanto que no podía dejar de matarlos en sangrientos safaris en los cuales terminaba con la vida de miles de animales exóticos.
Además de sus sangrientos safaris Roosevelt fue responzable de crear varios mitos alrededor de distintos animales, mitos que seguramente creaba para exagerar sus «hazañas». Por ejemplo, uno de estos mitos fue la exageración sobre la voracidad de las pirañas.
A continuación hablaremos sobre estos sangrientos safaris y además la mirada extremadamente prejuiciosa que Roosevelt tenía contra los nativos americanos, a quienes deseaba exterminar mediante la en ese entonces popular teoría de la eugenesia.
Los safaris de Roosevelt
La expedición fue pagada por el Museo Smithsonian (muchas veces traducido al español como museo Smithsoniano), y tenía como objetivo recolectar especímenes africanos para la colección de taxidermia del museo y darle el gusto de vivir una aventura a un flamante ex-presidente y ser despreciable, famoso por su pensamiento racista y que consideraba que «amar a la naturaleza» era ir de safari y matar a todo lo se le cruzase por delante de su rifle bajo la tutela de otro personaje nefasto, el cazador furtivo R. J. Cunninghame, quizás uno de los mayores cazadores furtivos en la Historia.
En un tiempo, el cual por fortuna terminó y ahora es parte del pasado, donde los zoólogos, naturalistas y biólogos creían que ir y matar a miles de animales para llenar colecciones de museos era una práctica aceptable, Roosevelt, partidario de la eugenesia, de la esterilización forzada de personas, y quien llegara además a decir que deseaba matar a 9 de cada 10 nativos para así «mejorar la raza de los Estados Unidos», terminó con la vida de 11.400 animales, la gran mayoría de éstos grandes animales como elefantes, rinocerontes, leones, etc.
De todos los animales victimas de éstos colosales safaris, exactamente 512 fueron exterminados directamente por la mano de Roosevelt y su hijo, mientras que el resto fueron exterminados por las casi 80 personas que integraban el grupo de cazadores y sirvientes que escoltaban a alguien que sólo es valiente cuando tiene un rifle en mano y docenas de guardaespaldas.
La cuasi extinción del bisonte: algo relacionado a la matanza indiscriminada de animales y el odio contra los nativos americanos se dio durante el siglo XIX, cuando una combinación entre la codicia por parte de los cazadores y un deseo del gobierno de los Estados Unidos de quitar la fuente principal de alimento de los nativos, es decir el bisonte, llevó a que se cace a dichos animales al punto que se veían literales montañas de cráneos de bisonte en las estaciones de trenes.
En efecto, durante el año que duró la expedición se mataron tantos animales que le llevó más de ocho años a los expertos del museo Smithsonianano catalogar los especímenes y prepararlos para las expediciones del museo.