Grandes embaucadores de la historia
Historias de impostores y estafadores hay muchas, desde Victor Lustig el hombre que logró vender a la Torre Eiffel dos veces, hasta P.T. Barnum, el dueño de circos y espectáculos «no convencionales» considerado hoy en día, debido a su habilidad para mentir y embaucar a las personas, como «el rey de los mentirosos». No obstante, ninguna de estas historias fue tan impresionante como la de Claude des Armoises, la mujer que logró engañar a una nación.
Lo anterior no es una exageración, ya que Claude logró personificar a un personaje histórico y además obtener la ayuda de los familiares de la persona original e incluso llegar a convertirse en la persona que intentó personificar al ser reconocida como tal por el mismo rey de Francia.
Claude, la falsa Juana de Arco
Nacida en el siglo XV, Claude des Armoises fue una de las tantas mujeres que pretenderían ser la mismísima Juana de Arco, quienes, con algún que otro detalle pintoresco o poético sobre como, en teoría, escaparon a una muerte segura ya sea enamorando a un caballero o asistidas por Martin Ladvenu, siempre terminaban contando una coartada similar para justificar su presencia a pesar de que toda Francia sabía que la controvertida Juana había sido quemada en la hoguera erigida a finales de mayo de 1431 en la Vieux-Marché (el mercado) de Ruan ante la presencia de cientos de morbosos espectadores.
Espectadores que, no contentándose con la ejecución, además reclamaron a coro que uno de los soldados ingleses presentes revolviese la hoguera con su lanza hasta exponer y exhibir los restos de hueso y carne carbonizados de la occisa (recordemos que Juana fue entregada por el obispo pro-ingles Pierre Cauchon a Inglaterra, quienes la enjuiciaron y posteriormente ejecutaron)
Si bien en la mayoría de los casos dichas impostoras eran ignoradas o rápidamente juzgadas y apresadas por embusteras, así como solía ser la regla con los tantos otros de miles de impostores oportunistas deambulando por el mundo en una época donde la información viajaba muy lentamente y a los personajes de importancia se los conocía principalmente por descripciones orales.
Claude, no obstante, tenía una gran diferencia con los anteriores: era físicamente idéntica a Juana de Arco, a tal punto que en la misma Orléans, ciudad en la que se la conocía físicamente a la heroína apropiadamente apodada como la Doncella de Orléans, la presencia de Claude en 1434, unos tres años tras la ejecución, causaría una conmoción sin igual que envolvió a toda la ciudad.
Presentándose en la plaza ante los rumores que comenzaron a correr, los hermanos de Juana, Jean and Pierre, se sorprendieron al ver una joven la cual era el calco viviente de su hermana, y durando poco su emoción ese mismo día idearon un singular plan para salir de su mala situación económica: reclutar a Claude como Juana, acompañarla por toda Francia, y así dar una validez irrefutable a los rumores. Quien negaría que no se trataba de la misma Juana cuando ésta no sólo era físicamente idéntica, sino que además iba acompañada por sus hermanos.
Las hogueras francesas: si bien el trágico destino de Juana en la hoguera a manos de sus verdugos ingleses parece algo extremo, en realidad esta era la increíblemente cruel manera con la cual el status quo de los distintos países de la época se «sacaban del medio» a personajes molestos o agrupaciones que amenazaban su poder. En efecto, los maestres de la orden Templaria fueron quemados vivos (un día viernes 13, de aquí proviene la superstición que asocia a dicho día con la mala suerte).
Así, viajaron de festival en festival, de recepción en recepción, recibiendo costosos regalos, premios y atendiendo elegantes banquetes en su honor. Claude, a quien todo el mundo ahora conocía como Jeanne, incluso se casa con un adinerado noble llamado Robert des Armoises, del cual tomaría su nombre familiar y títulos, permitiendo a los tres gozar de una vida rodeada de regalos y amistades con abundantes fortunas.
Gradualmente, fue el mismo Carlos VII de Francia, a quien la verdadera Juana había asistido a llegar al trono, quien cuestionaría a Claude durante una reunión. No obstante, éste, quizás porque la vio inofensiva o quizás por el peso en su consciencia de haber dejado a Juana morir, la perdona y deja ir sin consecuencia alguna.
Claude, o ahora Jeanne, retornaría al castillo de Jaulny, donde vivió por el resto de sus años como la esposa de Robert des Armoises y además gozando legalmente de todos los títulos anteriormente pertenecientes a Juana de Arco. En efecto, la otrora impostora, terminó convirtiéndose a fuerza de convicción y credulidad popular en la persona que pretendió ser.
Las interminables guerras entre Francia e Inglaterra
La Guerra de los Cien Años fue una de las interminables guerras entre franceses y los ingleses. Guerras que se remontan a tiempos antiguos y causaron algunas de las campañas de recolección de impuestos más brutales en la historia, y a su vez algunos de los más llamativos y despampanantes planes históricos, como por ejemplo el plan para invadir rápidamente Inglaterra cruzando el Canal de la Mancha rápidamente utilizando barcos planos de Francia.