El incendio forestal de Fort McMurray ocurrido a mediados del año 2016, en la provincia de Alberta, Canadá, fue uno de los peores incendios forestales y desastres naturales a gran escala en la historia del país norteamericano del cual no se ha podido recuperar incluso tras el paso de tres años, ya que muchas de las secciones de bosque quemadas eran bosques antiguos con árboles centenarios.
Si bien Canadá es un país al que generalmente se lo asocia con el frío y la nieve, es a su vez un país con infinidad de bosques antiguos, lo que significa que entre los cientos de miles de árboles en cada bosque hay también restos secos de árboles que murieron a lo largo de los siglos. Por lo tanto, durante las épocas secas o de sequía tienen lugar incendios forestales muy difíciles de controlar y extremadamente virulentos.
La siguiente imagen nos ofrece una noción de la envergadura de este incendio forestal, si bien parece que los conductores están conduciendo hacia el incendio, en realidad están escapando de un fuego mucho más grande en la dirección contraria.
Los incendios y el frío: como hemos dicho Canadá es asociado con el frío y la nieve. No obstante, muchas veces esas dos condiciones pueden llevar a que el fuego sea algo incluso aún más temible, ya que los equipos de bomberos no pueden trabajar al 100% de su capacidad debido a la amenaza que presenta la hipotermia y el congelamiento de sus equipos, trajes y mangueras. Para observar un claro ejemplo de esto recomendamos dirigirse al artículo sobre: El duro y helado trabajo de los bomberos de Chicago durante el invierno. En el cual podrás ver impactantes imágenes del efecto de la nieve y el frío en los bomberos de Chicago durante las heladas.
En el incendio forestal de Fort McMurray se perdieron en cuestión de días alrededor de 1600 kilómetros cuadrados de bosque al fuego y una ciudad de más de 100 mil personas debió de ser evacuada debido al rápido y descontrolado avance del fuego, todo, sin haber signos durante varios días de que el mismo esté parando o que los esfuerzos por contenerlo de los bomberos estuvieran dando algún efecto.
De hecho, el mayor peligro lo sufrieron los habitantes de los pequeños pueblos, los cuales vemos en las imágenes escapando a través de caminos forestales en llamas. Conducir en estas condiciones, a pesar de estar protegidos por un automóvil es muchas veces una sentencia de muerte.
Por un lado el calor circundante comienza a calentar la estructura del automóvil, pero además el mayor peligro es que el aire que comienza a llenar la cabina del vehículo es por lo general dióxido de carbono, algo potencialmente mortal.
Por otro lado la mayor amenaza en el camino son los árboles que, al incendiarse sus troncos, caen bloqueando la ruta y muchas veces caen sobre los automóviles en sí mismos. Como podemos observar en las imágenes aquí presentadas cuando varios automóviles de habitantes desesperados tratando de escapar se juntan, se producen largos embotellamientos que obligan a largas hileras de vehículos a esperar literalmente entre medio de las llamas.
Nota: si deseas ver un vídeo de una persona conduciendo a través de un incendio forestal a toda velocidad con el fin de escapar del mismo, puedes verlo en el siguiente artículo: Carrera contra el tiempo en medio de un incendio forestal.
Vemos muchos de los efectos anteriormente mencionados en la siguiente imagen, a pesar de la desesperación la gente es forzada a esperar en largos y prolongados embotellamientos.
En definitiva el incendio forestal de Fort McMurray fue un triste paisaje dantesco, y un recordatorio del carácter incontrolable de la furia de la naturaleza a través de su máxima expresión: los violentos desastres naturales.
En medio de esa evacuación un conductor logró captar un vídeo fascinante, muy similar en esencia al de los rusos escapando de un incendio forestal años atrás.