Fred Dibnah fue desde siempre uno de mis héroes personales. Amante de tiempos más simples y cálidos, se especializó en el antiguo y olvidado arte de la construcción en altura victoriana, y así pasó el resto de su vida escalando altísimas chimeneas y torres, reparándolas y enseñándole a nuevas generaciones como los steeplejack victorianos escalaban y construían en las alturas semejantes obras monumentales utilizando cuerdas y escaleras de madera que ellos mismos cargaban en sus hombros.
Por fortuna, Fred ha dejado un museo y varios manuales plasmando gran parte de su conocimiento para las generaciones futuras. Ciertamente, su sueño era que ésta técnica y arte no mueran con el pasar de los años.
La historia de Fred fue relativamente agridulce, ya que su vida fue representada a lo largo de años años por una serie de documentales emitidos en la BBC. Hasta podríamos decir que fue uno de los primeros reality shows de la historia. Esto le trajo fama, pero también le trajo serios problemas en su matrimonio.
Al mismo tiempo, la fama de dichos documentales llevaron a que Fred no pueda llevar la vida de pueblo que solía llevar y a la que estaba acostumbrado, siendo llamado por todo tipo de eventos y empresas que querían utilizarlo en sus campañas publicitarias. Algo que si bien lo ayudó económicamente destruyó su modo de vida.
Fred fue uno de los últimos expertos en el Reino Unido en realizar demolición mediante piras de fuego y bloques de madera. Método para el cual se agujereaba la base de las torres, luego se ponían como columnas sucesiones de bloques de madera para finalmente prenderse fuego. El fuego consumía las columnas y las torres y chimeneas se desplomaban al vacío.
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