El asombroso mundo de las miniaturas
En el pasado habíamos hablado sobre los modelos a escala hechos en vidrio de seres marinos del siglo XIX con el fin de utilizarlos para enseñar biología marina en las universidades victorianas, y también hemos hablado sobre las asombrosas micro esculturas de Hagop Sandaldjian.
En estos artículos hicimos una especial mención sobre la práctica y la inmensa cantidad de tiempo que llevó a estos excelsos artistas miniaturistas en desarrollar y perfeccionar sus técnicas, incluso al punto de coordinar el movimiento de sus manos con los latidos de su corazón y su respiración.
Hoy hablaremos de un artista del mismo calibre y talento, Henry Dalton, el hombre capaz de realizar mosaicos microscópicos a partir de las escamas de las alas de mariposas.
Los micro-mosaicos de Henry Dalton
Sin duda alguna muy pocas personas tienen el talento y sobre todo el tesón como para lograr la perfección en tareas de este tipo. Henry Dalton fue una de estas personas y su temprana pasión por la microscopía evolucionó durante mediados del siglo XIX hasta el punto de convertirlo en uno de los más reconocidos micrografistas de en la Historia.
Sin embargo, y además de su valiosa tarea como científico y experto micrografista, fueron sus obras artísticas realizadas utilizando microscopios y escamas extraídas de las alas de distintas especies de mariposas uno de sus logros más sorprendentes.
Tras contraer tuberculosis en 1863 su médico le recomienda mudarse a un clima tropical más benigno por cuestiones de salud, Dalton entonces comienza a vivir de manera esporádica por distintos países cálidos de los cuales logra recolectar gran cantidad de mariposas y así poseer una biblioteca de alas enorme.
A la par de su tarea como naturista utilizaría su tiempo libre para perfeccionar su técnica, la cual requería de esfuerzos monumentales. Cada una de los miles de escamas que armaban cada pieza debía ser acomodada por aire, para este Henry se valió de una aguja de vidrio más fina que un cabello y de un microscopio.
Una vez en el lugar deseado utilizaría la aguja de vidrio para presionar la escama y hacer que los aceites naturales la adhieran a la superficie del portaobjetos. Cada obra podía llevarle meses.
Ciertamente se avanzó muchos desde la invención del microscopio, y sus beneficios para la ciencia han sido incalculables. No obstante, también se ha encontrado un uso para los mismos en el arte, como es el caso del anteriormente mencionado Henry Dalton y otros pioneros como los creadores del motor a vapor microscópico, una maravillosa combinación de ciencia creatividad y arte llevadas al extremo.