Un reactor nuclear casero
Esta es la historia de un joven llamado David Hahn, un joven como cualquier otro, pero quien, a principios de la década de los noventa y en su tiempo libre, se propuso como meta construir en secreto su propio reactor nuclear en el sótano de su casa. Si bien la idea de construir un reactor nuclear casero nos puede llegar a resultar algo descabellado, varias personas lo han logrado con éxito, incluido un niño de 13 años con la ayuda de su padre. No obstante, lo que aparta al reactor del que hablaremos a continuación de los demás, es tanto su tamaño como el hecho de que el mismo casi causa un mini-Chernobyl en potencia para sus vecinos.
Reactores de cría
Grosso modo, un reactor de cría es un reactor nuclear donde los neutrones, además de utilizarse en la producción de reacciones nucleares y consecuentemente el desprendimiento de energía, también son utilizados para transformar isótopos no combustibles en isótopos de alto rendimiento. Hahn quería utilizarlo para esto último.
El Boy Scout radiactivo
David Hahn es uno de esos entusiastas de la ciencia y autodidactas que a pesar de no tener ningún grado académico pasan bastante tiempo estudiando y leyendo por su cuenta, razón por la cual terminan coleccionando una gran cantidad de conocimientos. De hecho, el haber ganado una medalla al mérito cuando era un Boy Scout, a causa de su investigación en energía atómica, le ganó el apodo de «Radioactive Boy Scout».
Por lo que tras años y años de estudiar química y física en el sótano de su casa fue amasando una cantidad de conocimientos considerable. Conocimientos que utilizaba para realizar simples experimentos, de los cuales la gran mayoría se relacionaban con explosivos. Pero David fue aburriéndose de sus experimentos menores y comenzó a considerar la posibilidad de ganar dinero vendiendo combustible, para esto visualizó la construcción de un reactor de cría.
Meta difícil, ya que para conseguirlo primero necesitaba gran cantidad de materiales radiactivos. Por lo que a principios de la década de los noventa, más precisamente entre 1992 y 1993, sigilosamente empezó a robar todo tipo de electrodomésticos y extraer, por ejemplo, el Tritio de las miras telescópicas; el Radio de los relojes e incluso el Torio de varias linternas.
Reactores nucleares de uso particular: de manera curiosa la Ford Motor Company soñó a finales de la década del cincuenta con crear automóviles alimentados por mini-reactores nucleares, e incluso invirtió gran cantidad de dinero en crear un automóvil experimental que pueda recorrer más de 3 mil kilómetros sin ser recargado. Este fue el mítico Ford Nucleon, el auto nuclear.
Sin embargo, la mayor parte de su material provino de robar detectores de humos, de los cuales extraía una pequeña cantidad de material radiactivo, y del un cargamento robado de pilas de litio, es decir pilas recargables hechas a partir del mismo material con el que se fabrican las baterías de los teléfonos móviles modernos. Con dichas pilas el Boyscout Radiactivo pudo obtener cenizas de torio utilizando un mechero a llama.
Gradualmente Hahn se dio cuenta de que necesitaba ayuda técnica, obviamente a principios de los noventa no contaba con el gigantesco caudal de información que hay hoy en día en la Internet. Esto presentó un serio problema, ya que debió idear una manera astuta para conseguir dicha información de fuentes académicas sin a su vez delatar sus planes a las autoridades de los Estados Unidos.
El problema anterior fue superado mediante una serie de certeros engaños. Hahn logró de manera exitosa personificar a un científico británico en varias cartas enviadas a profesores de universidades estadounidenses, los cuales le creyeron su mentira plenamente debido al lenguaje y la formalidad utilizada por Hahn. Debido a esto los profesores le brindaron todo tipo de ayuda e incluso le cedieron material radiactivo
El mini Chernobyl del reactor nuclear casero
Por desgracia, el día que intentó poner su reactor en marcha, todo salió mal y su fallido reactor comenzó a inundar su ciudad con niveles tóxicos de radiactividad, por lo que el FBI la NRC y la Agencia de Protección del Medioambiente se hicieron presentes inmediatamente y al ver el «mini reactor» de Hahn, como menciono uno de los oficiales de la NRC, «casi colapsamos de los nervios al verlo».
Si bien todo lo anterior fue una tragedia, y muchos vecinos vieron el valor de sus hogares desplomarse, con el tiempo y el paso de los años David hahn se convirtió en toda una leyenda. Fama que llegó a su punto máximo en 1998 gracias a un artículo de la popular Harper’s Magazine en la cual contaban su historia y el caos que causó entre sus vecinos.
David Hahn falleció en el año 2016 debido a una intoxicación con alcohol y calmantes, es decir, su muerte no tuvo relación alguna con su exposición a la radiación.
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