
La privilegiada vida de la élite norcoreana capturada en vídeo
Si bien la población de Corea del Norte padece los efectos de las sanciones impuestas por los Estados Unidos, la élite norcoreana vive de manera lujosa.
Si bien la población de Corea del Norte padece los efectos de las sanciones impuestas por los Estados Unidos, la élite norcoreana vive de manera lujosa.
Namie, la ciudad cercana a la planta nuclear de Fukushima, se convirtió en una ciudad fantasma tras la tragedia. Hoy la podemos recorrer de manera virtual.
En Mozambique, en la sabana africana, existe un grupo de cazadores de la sabana que han entrenado monos para montar jabalíes y dirigirlos hacia sus redes.
En Japón existe una fascinante disciplina de grupo denominada caminata sincronizada, en la cual docenas de personas caminan y se cruzan en sincronía.
En toda Asia y especialmente Hong Kong los constructores locales construyen andamiajes de bambú los cuales pueden superar los 15 pisos de altura.
Si bien en el universo hay estrellas gigantescas, una de las más curiosas de todas es interesante justamente por ser la estrella más pequeña del universo.
Hace unos 3500 años un humilde escriba dejó plasmado su nombre en una tableta. Sin saberlo se convirtió en la primera persona nombrada en la Historia.
La máscara hueca es una ilusión óptica que, según el investigador Jonathan Roiser del UCL, no puede ser vista por pacientes esquizofrénicos.
En la isla de Hokkaido, en el norte de Japón existe un camino musical diseñado para generar notas musicales cuando un automóvil pasa sobre este.
Entre los siglos XVI al XVIII la realeza francesa gozó de los más avanzados muebles mecánicos en el mundo. Muebles capaces de cambiar su forma y función.
Los monstruos de las profundidades no son algo enteramente de la ficción. En las plataformas petrolíferas los submarinos detectan seres extremadamente raros
Migingo es una pequeña isla de pescadores en Kenia que ostenta el triste récord de ser la isla más superpoblada del mundo.
Durante la segunda guerra mundial la Unión Soviética no contaba con aviones especiales para sus primeros paracaidistas. La solución fue saltar de las alas de sus bombarderos