Para construir Kolyma, una autopista en Siberia, la URSS utilizó esclavos de los gulags. Cuando un prisionero moría agotado, sus huesos eran utilizados como material de construcción.
Los poderes de la Guerra Fría construyeron gigantescos espías electrónicos para analizar al enemigo. Duga-3, el pájaro carpintero soviético, fue la antena más misteriosa de la Guerra Fría.
Los cultos del cargamento o cargo cults son cultos de adoración que se forman cuando un tribu aislada entra en contacto con barcos de carga o ejércitos, llevando así a la creación de un culto a su alrededor.
El Experimento Kellogg fue un experimento que bordeó los límites de la ética. Un científico que crió a su pequeño hijo junto a un chimpancé como hermanos.
El Experimento Orenburg fue una prueba nuclear de la Unión Soviética utilizando soldados que avanzaban hacia el hongo nuclear y un poblado entero expuesto a la radiación.
Si pensamos en la mayor inflación de la historia nos viene a la mente la crisis de la posguerra alemana o Venezuela. Pero no, hay un país que devaluó más.
A finales de la década del cincuenta la Ford Motor Company, inspirada en los avances tecnológicos, intentó construir un automóvil nuclear: el Ford Nucleon.
Desde un sistema de posicionamiento hasta misiles guiados que no se verían nuevamente hasta una década fueron algunas de las armas secretas alemanas de la segunda guerra mundial.